Este 3 de abril de 2019 pasará a la historia de la monarquía española como el día que Letizia quemó en público la Corona. La reina tenía clavados los 365 días que ha tenido que simular que se llevaba bien con su suegra. Después del incidente en la Catedral de Palma los consejeros de Zarzuela le hicieron hacer todo el teatro del mundo: abrir la puerta a la reina Sofía, ir al mercado con la reina Sofía, charlar amablemente con la reina Sofía. Si la monarquía es imagen, acaba de perder su sentido. La imagen está hundida. Todo teatro. Todo mentira:
Letizia se ha estado mordiendo el labio un año. Se ha comido las ganas de decir que la reina Sofía no es la anciana venerable y vejada que todo el mundo cree ver. La gota que ha derramado el vaso ha sido cuando Sofía ha estado en Mallorca para restregarle a su nuera que celebra la efeméride de la humillación de Palma... yendo a Palma. ¿Con que esas tenemos? Letizia esta semana se preparó un estilismo especial para su primer acto oficial: la misma ropa que llevó aquel 1 de abril en la Catedral de Palma.
La rebelión en Zarzuela vuelve a ser pública. La prensa más cortesana lo disimula diciendo que la coincidencia de outfit ha sido una "casualidad". Nadie que se considere periodista puede confiar en las casualidades. El diario El País ha salido del armario de los palmeros reales y la periodista rosa del diario, Mábel Galaz, ha destapado parte de lo que esconde la relación Letizia-Sofia: "Doña Sofía se ha lamentado en pequeños círculos de lo poco que coincide con sus nietas. Felipe ha sido quien ha intentado siempre unirlas. Se ocupaba personalmente de llevar a sus hijas a visitar los viernes a Juan Carlos, que tampoco tiene mucho trato con Leonor y Sofía. (...) Letizia marca las reglas en su casa y sus hijas ven a sus abuelos paternos poco, aunque viven a escasos metros en el recinto de La Zarzuela. No sucede lo mismo con los hijos de Elena y Cristina".
Lo que era un secreto a voces lo publica el diario de más tirada en España: Letizia arrincona a los reyes eméritos y no les permite tener relación con la heredera al trono y su hermana. Viven al lado pero los abuelos sólo ven a las niñas los viernes. Ahora se entiende todo mejor: Letizia no quería impedir una foto en la Catedral de Palma. Quiere impedir que Sofía se acerque a sus hijas.