La imagen de la reina Letizia, una vez admirada por su transparencia y modernidad, ha sido empañada por una serie de escándalos recientes que han sacudido los cimientos de la Casa Real. Las revelaciones impactantes de Jaime del Burgo, quien asegura haber mantenido un romance con Letizia entre 2010 y 2012, mientras ella ya estaba casada con Felipe VI, han expuesto aspectos privados de su vida, desencadenando controversia y críticas que han puesto en duda su reputación.
Las controvertidas declaraciones del ex esposo de Telma Ortiz coincidieron con la publicación del libro "Letizia y yo" de Jaime Peñafiel, donde, entre otras cosas, se afirmaba que la reina había enfrentado dificultades para concebir a Leonor y había optado por tratamientos de fertilidad. Se reveló que la reina hacía frecuentes viajes a Valencia para someterse a estos tratamientos, una información que la Casa Real había mantenido bajo siete llaves.
Un pacto trágico: El sacrificio de Erika Ortiz por la maternidad de Letizia
En una entrevista para el canal de YouTube "La reunión secreta", Peñafiel explicó: "Recibo muchas llamadas y tengo una fuente fiable, desgraciadamente es fiable: dicen mis fuentes que Letizia tenía problemas para quedarse embarazada. Yo sé por otras fuentes que ella iba a Valencia donde se estaba tratando de problemas genéticos”.
En esa entrevista, también afirmó que, ante los problemas de fertilidad, Letizia finalmente recurrió a los óvulos de su hermana para poder concebir: "Según mis fuentes, su hermana Erika cedió sus óvulos a Letizia para que pudiera embarazarse. No es malo ni extraño ni criticable. Por eso Erika tenía pasión por las hijas de Letizia, porque eran sus medio hijas”. Luego, señaló a Letizia como una de las responsables del suicidio de su hermana: "[Erika] Se suicidó cuando Letizia le prohibió ver a sus hijas".
La batalla silenciosa de Letizia: Problemas de fertilidad tras su segundo aborto
La comunicadora Laura Rodríguez reafirmó estas explosivas informaciones en su canal de YouTube. Según ella, "Letizia tuvo que recurrir a su hermana cuando al año de casada descubrió que su aborto en la Clínica Dator de Madrid le había causado un problema de fertilidad. Esto sería un serio problema en el matrimonio ya que Letizia entendió que si no se podía quedar embarazada, Felipe se tendría que divorciar de ella, así que le pidió a Erika que le donara sus óvulos. Erika accedió, pero después del nacimiento de Leonor desarrolló un fuerte instinto maternal. Cuando Letizia le impidió ir a Zarzuela, Erika se suicidó".
Es importante recordar que, según reveló David Rocasolano en su libro "Adiós, princesa", Letizia le confesó lo siguiente: "Tuve un aborto hace un año en la clínica Dator de Madrid. Fue una intervención de la que me gustaría que no se supiera nada". La futura reina estaba preocupada porque si esta información llegaba a oídos de los eméritos, la boda sería inviable. Por ello, insistió en que se limpiaran todos los papeles en la clínica. El aborto en la Clínica Dator, que desencadenó serios problemas de fertilidad, fue el segundo al que se sometió la consorte. Según lo detalla Isidre Cunill en su obra "Letizia Ortiz: una republicana en la corte de Juan Carlos", Letizia también atravesó por un aborto durante su estancia en México en 1996.