Cada siete de febrero un escalofrío recorre la espalda de Letizia Ortiz Rocasolano. Cuando se desprende del disfraz de Letizia, reina consorte de España, la mujer de Felipe recuerda cómo el 7 de febrero de 2007, hoy hace dieciséis años, la llamaron siendo princesa de Asturias para comunicarle que en su piso de soltera habían encontrado muerta a Erika, su hermana. Se había tragado un tarro de pastillas. Sufría una depresión fortísima que Letizia no supo ver, remediar o evitar. El primo de las Ortiz denunció en un libro, Adiós princesa, que Erika recibía llamadas histéricas y controladoras de Letizia y eso empeoró su estado de salud mental. Letizia estaba destrozada como nunca en aquel funeral.
La prensa siempre ha tapado aquella tragedia como un accidente. Lo hacen para proteger a Letizia, pero en realidad le hacen un flaco favor. La reina queda en evidencia cada aniversario de la muerte de su hermana pequeña. Nunca le ha dedicado ni unas tristes palabras, un recuerdo, una mención, un dar apoyo a la investigación contra las enfermedades mentales. Letizia tendría que coger esta causa, la lucha contra la lacra del suicidio, y hacerla suya. Dedicarse en cuerpo y alma a recaudar fondos, a dar apoyo, a hacer actos oficiales, a ir a un centro de personas con enfermedades mentales y entrevistar a una mujer que sufre depresión. Pero calla. Y su sobrina, la hija huérfana de Erika, Carla Vigo Ortiz, ha dicho basta. Que el silencio el 7 de febrero no es una opción.
La sobrina díscola de Letizia deja en evidencia a la reina y su mal gusto, la actitud fría, distante e impresentable con su hermana muerta y su recuerdo. Carla Vigo cuelga un post en Instagram denunciando el daño que causa la depresión. Hoy 7 de febrero. Una manera de gritar: si mi tía, con toda su fuerza, seguimiento y amplificadores, calla sobre la muerte de su hermana el 7 de febrero, a mí no me da la gana callar. Carla está triste cada 7 de febrero, y cuelga un post contra la depresión:
"Este es el pensamiento con el que muchas personas que sufrimos depresión nos levantamos la mayoría de los días. Es difícil ponerse en marcha, lo sé. Te entiendo. No estás solo". Carla Vigo, con este gesto, dando visibilidad al drama de la depresión que acaba en suicidio, destruye a Letizia. Cada año que pasa es más incomprensible que la reina omita este aniversario. No hay derecho, la memoria de la pobre Erika no se lo merece. Letizia, fatal.
El funeral fue un circo
7 de Febrero de 2007. La princesa Letizia está embarazada de seis meses de su segunda hija. Recibe una llamada en Zarzuela. Le comunican que su hermana Érika Ortiz, de 31 años, ha aparecido muerta en el piso de soltera de Letizia. Tenía problemas psicológicos, seguía un tratamiento de pastillas para la ansiedad y el estrés, y se suicidó. Tenía una hija de 6 años, Carla. Años después el primo de Letizia escribe el libro Adiós princesa y la dedicatoria es Para Érika. Fue él, David Rocasolano, quien explicqué pasó en el funeral de su prima con la familia real. "Se dijo que Letizia recibió el cariño de Juan Carlos en la iglesia y lo que pasó en realidad fue que hubo palabras fuertes y Letizia le pidió a su suegro perdón llorando". El primo de la actual reina escribe que aquel día la expareja de Érika y padre de su hija Carla, el escultor Antonio Vigo, se enfrentó a gritos con el rey Juan Carlos gritándole "Vosotros la habéis matado".