Jaime del Burgo is back. El navarro, desaparecido en combate desde hacía días tras soltar la madre de todas las bombas contra Letizia, su infidelidad al rey Felipe VI, acaba de dejarnos de piedra con un nuevo movimiento mediático. Abrirse una cuenta en Instagram. Abrirla y, evidentemente, dejarla abierto a todo el mundo. Cuánto durará esta nueva oferta es un misterio. Los precedentes no invitan al optimismo, Jaime se caracteriza por su contundencia, pero también por su fugacidad. Si pestañeas, te lo pierdes. Por eso en EN Blau tenemos los ojos más abiertos que nunca. Es como ver un cometa, un meteorito, un fenómeno astronómico. Once in a time.
Las 40 instantáneas colgadas en la plataforma virtual mezclan diferentes conceptos. No, no ha vuelto a revelar documentos gráficos íntimos y privados de su aventura con Letizia. No busquen pashminas ni fotos contra el espejo embarazada. La lectura es más profunda, Del Burgo nos quiere decir cosas, pero el lenguaje es críptico. Y a veces, perturbador. Pero también hay espacio para dibujarnos su perfil más privado. Al margen de creencias, devociones y otros aspectos, se presenta como un hombre de familia. Alguien enamorado de su perro Valentino, con quien toma café con leche o flanes en sillas regias y palaciegas, pero también de su hija Ulla. La que tuvo con la abogada Lucía Díaz Liljestrom, su mujer de origen español y sueco. Una absoluta desconocida para el gran público. Hasta ahora.
Que Jaime está jugando con Zarzuela, pero también con todos nosotros, es más que evidente. Vaya, que podría subir una foto de mi prima tercera y hacerla pasar por un personaje de este circo. Sin embargo, le concederemos el beneficio de la duda: por muy descabellada que parezca su cruzada, no ha mentido. ¿Cómo lo sabemos? Pues precisamente porque nadie lo ha desmentido, además de las evidencias que van surgiendo en libros, conversaciones y mentideros de solvencia contrastada. Por todo eso, consideramos que las dos instantáneas que cuelga de "mi amor" corresponden a Lucía. Una, en la ópera. La otra, en una composición delirante: foto de mesilla de noche de la pareja, él con una barba de homeless importante, una botella de Vega Sicília de 300€, una figurita de Napoleón dorada y un globo terráqueo al lado. Todo hace pensar que la señora es la sustituta de Letizia a su corazón, la persona que ha llenado el vacío. No, evidentemente a Telma no la metemos a la ecuación. Que aquel matrimonio fue una mascarada parece cada día más evidente. Una tapadera.
¿Qué sabemos de la misteriosa Lucía? Que en el año 2018, coincidiendo con el día de la Hispanidad, celebraron una boda secreta en Madrid ante notario. Ella tenía 33 años y trabajaba como penalista en el despacho Cremades-Calvo Sotelo, donde también estaba en nómina el otro hermano de Del Burgo, Arturo. El bufete ha eliminado la foto de su empleada, por cierto. Lo explicó 'LOC', el suplemento de 'El Mundo' donde escribe como estrella Jaime Peñafiel, autor del libro que ha puesto todo patas arriba. La trama resurge. Del Burgo se viene arriba.