Letizia ha hecho este sábado lo que no hace nunca: hablar en directo en TV. Tres respuestas sobre deporte femenino y tal día hará un año. Manu Carreño somos todos. Los periodistas que querríamos preguntar a la reina. Desperdiciado que el locutor de fútbol de Telecinco optara por una cuestión como "Granada está preciosa, ¿eh?". Así está el gremio. Letizia puede volver al velo de silencio que cubre al más alto y caro funcionariado que existe: la Corona. Y la prensa puede entretenerse analizando no las palabras (inexistentes) de la reina sino sus gestos. Y ahora, los gadgets.

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Los dos últimos actos de Letizia han sido como siempre: con atril y patrocinados por una gran empresa: premios de la Cruz Roja y premio literario Barco de Vapor. El digital rosa Vanitatis, acrítico con la reina, se ha fijado en que en los dos actos tenía que hablar, leer una lista de premiados. Y fue armada con el móvil. Da mala impresión: la reina nunca lleva el móvil a la mano. En Blau da fe: cada vez que hemos ilustrado sus mensajes con el condenado por corrupción López Madrid, el compiyogui, o su temor a tener el teléfono pinchado, la única foto de Letizia con móvil era antigua, de princesa:

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Escribe Vanitatis: "La reina ya no lleva sus discursos impresos en papel, sino que utiliza su dispositivo móvil como 'chuleta' para echar un ojo en caso de que no recuerde bien alguna parte del discurso, que suele llevar muy bien trabajados, por lo que es raro que tenga que mirar sus apuntes con asiduidad". No es que la reina viva enganchada al móvil sino que aunque se sabe muy bien los discursos, los lleva en la pantalla. Ahorra papel, por ecologismo o por tacañería. Si non e vero, ben trobatto.

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En Blau ya ha ganado la batalla de pedir que la reina entregue la Copa de la ídem. Ahora toca que Letizia vaya a hogares de mujeres maltratadas, de abuelos enfermos, de menores abandonados... Alguna causa que dé sentido a su reinado, a su figura, y que no patrocine el Ibex 35. Ojalá lea esté ruego. En su móvil.