Letizia jamás se hubiese imaginado que será la mujer más importante del país. Actual reina de España, la mejor valorada y la más querida y alabada de todas las monarquías europeas. Destacan especialmente su elegancia. Vaya donde vaya, la mujer de Felipe siempre logra llamar la atención y acaparar todos los titulares de los medios de comunicación. Paloma Rocasolano sabía que su hija llegaría muy lejos, pero nunca se imaginó que podría convertirse en reina de España. Su sueño era seguir los pasos de su padre, Jesús Ortiz, y lo logró, de hecho le superó. Se convirtió en presentadora de informativos de TVE, aunque ese proyecto le duró muy poco porque el príncipe le echó el ojo e hizo todo lo posible por conquistarla. De hecho, preparó una encerrona con la ayuda de Pedro Erquicia.
La reina nunca había sido especialmente monárquica. David Rocasolano y otras enemigas de Letizia que la conocen bien dijeron en varios medios de comunicación que era republicana. Unas declaraciones de su pasado que podrían haberla perjudicado en su presente.
En el tiempo en que trabajó en televisión la Ortiz “dejó claro a sus compañeros que ella se sentía republicana y de izquierdas. Alguno incluso llegó a escuchar que se refería al Príncipe de Asturias como ‘Felipito’ o ‘El Borbón’”.
Letizia nunca se fijó en Felipe VI
Letizia no vio con buenos ojos a Juan Carlos I. Las informaciones que tenía de él eran de mujeriego, una actitud que no toleraba. Estuvo muy acertada en ese aspecto. A Felipe le censuró por “su falta de preparación”. Además, como hombre el Príncipe no le parecía atractivo: “decía que no le atraían nada los hombres de pelo chino”.
Aunque Felipe era una de las personas más deseadas en aquella época, no era el tipo de hombre que enamoraba a Letizia. No hay más que comparar a Alonso Guerrero con el actual rey. Le gustaban más maduros. El príncipe enamoraba a todas las plebeyas, especialmente por su atractivo físico, un cuerpo atlético, sus ojos claros y su sangre azul.
Según varias personas cercanas a Letizia en el pasado, existía una fotografía de la reina de joven envuelta en la bandera tricolor de la II República durante una manifestación. Sin embargo, Zarzuela hizo todo lo posible para retirarla del mercado.