La reina Letizia está a punto de finalizar su viaje de cooperación en Mauritania. Ha pasado dos días en el país africano interesándose por diferentes proyectos: por ejemplo, un centro de emergencias, una entidad de ayuda a niños y niñas con autismo o el Centro de Innovación Agrícola Reina Letizia. Aquí ha sido precisamente donde la consorte española ha vivido una situación inédita en su trayectoria en la Casa Real. Nunca la habíamos visto de esta manera, aunque realmente lo que ha pasado no tendría que sorprender a nadie: en un país donde el Sáhara ocupa prácticamente todo su territorio, una tormenta de arena es como un día de lluvia en Escocia. Vaya, una cosa de lo más normal. Aun así, la intensidad de este fenómeno la ha cogido en fuera de juego. Y deja, además, imágenes impactantes.

Acostumbrados a ver a Letizia luciendo trajes de todo tipo y condición (algunos con más acierto que otros, claro), la aventura en Mauritania ha estado dominada por un look mucho más informal y cómodo. Casi no se ha separado de una pieza con poco glamur, pero indispensable tratándose de la naturaleza de la visita: un chaleco rojo de cooperante. El resto del equipamiento eran botas, pantalones de estilo militar, mascarilla y poca cosa más. Pero como la tormenta ha sido imponente, ha necesitado cubrirse también la zona de los ojos. Y ella, o aquel que le haya preparado la maleta, no había previsto esta posibilidad. Total, que ha tenido que ponerse las gafas de sol que llevaba para ocasiones más formales, menos exigentes y mucho más elegantes.

Letizia en medio de una tormenta de arena en Mauritania / @casareal
Letizia en medio de una tormenta de arena en Mauritania / @casareal

Efectivamente, unas gafas de Carolina Herrera que parecen las menos adecuadas para una expedición en el desierto, y todavía menos en estas circunstancias. Chirriaba un poco, la verdad. Ahora bien, al menos ha encontrado alguna defensa para evitar quedarse medio ciega con el lanzamiento violento de partículas a toda velocidad. La tormenta, cuando menos por lo que podemos apreciar en las imágenes de la Casa Real y las diferentes agencias que cubren la actualidad de la reina, ha sido de categoría. Pero vaya, que quizás si preguntas a los nativos la respuesta sería: "Esto es xirimiri". U orbayu, ya que ella es asturiana.

Las gafas de sol de Letizia, poco apropiadas para una tormenta de arena / @Casareal
Letizia en medio de una tormenta de arena en Mauritania / GTRES

El que también ha sufrido bastante ha sido el peluquero de la reina Letizia. A punto del colapso, vaya, viendo su melena totalmente descontrolada por el efecto de las rachas de viento del desierto. Imaginamos a la mujer de Felipe gritando aquello de Rupert, te necesito. Pero ni Rupert ni un milagro de Lourdes, eso sin taparse la cabeza como hacen las mujeres locales es imposible de arreglar. Fruto de esta situación su álbum de fotos royal ha pasado a incorporar algunas instantáneas memorables. Incluso parece que rogaba a los fotógrafos que la dejaran en paz, que bastantes problemas tenía en aquellos momentos para sobrevivir a la inclemencia atmosférica. No ha habido piedad, eso sí.

El peluquero de Letizia ha estado a punto de cogerse la baja por estrés / EFE
El peluquero de Letizia ha estado a punto de cogerse la baja por estrés / EFE
El peluquero de Letizia ha estado a punto de cogerse la baja por estrés / EFE

Todo parece una regalito del amadísimo suegro Juan Carlos: de la tormentas que vienen de Abu Dabi a las de Mauritania. Todo liga.