El escándalo que rodea a la monarquía parece no tener fin. Las revelaciones de Jaime del Burgo, el ex amante de Letizia, han desatado una tormenta mediática que pone en tela de juicio la integridad de la Familia Real. En un giro inesperado, Del Burgo ha sacado a la luz un entramado de falsificación de documentos que implica a varios miembros de la realeza, incluida la propia reina Letizia.
Lo que empezó como un reproche por la ausencia de los reyes en el funeral de dos guardias civiles asesinados por narcotraficantes en Barbate ha derivado en acusaciones mucho más graves. Del Burgo no solo critica la falta de sensibilidad y empatía de Felipe VI y Letizia hacia quienes arriesgan sus vidas por protegerlos, sino que los señala como participantes activos en la falsificación de pasaportes para viajes privados.
Letizia utilizaba otra identidad en sus escapadas con Jaime del Burgo
La acusación más impactante recae sobre la propia reina Letizia, quien habría utilizado documentación falsa en sus escapadas románticas y en los hoteles en los que se encontraba con Del Burgo. Esta revelación arroja una sombra oscura sobre la figura de la reina, mientras el ex de Telma Ortiz la despoja de cualquier rango legal o institucional al referirse a ella simplemente como "la señora Ortiz".
"Siquiera sea por el hecho de que es el cuerpo que gestiona los pasaportes falsificados que usa la familia al completo para viajar de incógnito por el mundo. Para mayor detalle preguntar a Miguel Herrainz hoy jefe de seguridad de la Casa (creo), entonces de los príncipes. Pero no olviden, todos somos iguales ante la ley. A propósito del comentario de un usuario de X: 'Hubiera sido muy digno y le hubiese honrado a la Sra Ortiz acudir al entierro de los Guardias Civiles. Los mismos que la protegen en tantas ocasiones'", escribió Jaime del Burgo en uno de sus incendiarios tuits.
Un secreto al descubierto: documentación falsa en la Familia Real
De este modo, Del Burgo desvela un secreto hasta ahora guardado bajo siete llaves: toda la estirpe Borbón, desde los Marichalar hasta los Urdangarin, incluyendo a los eméritos, a los reyes en ejercicio y a las hijas de Letizia, se valen de pasaportes falsificados cuando se aventuran más allá de las fronteras de la Unión Europea en sus escapadas privadas. Incluso la joven Leonor, quien hace poco viajó a Londres en unas vacaciones personales, se vio obligada a presentar un pasaporte falsificado al cruzar las puertas de embarque en un vuelo convencional rumbo a un destino extracomunitario.
Las revelaciones de Del Burgo no solo ponen en entredicho la conducta ética de la Familia Real, sino que también plantean serias preguntas sobre su legalidad. El uso de documentación falsificada constituye un delito que, de ser probado, podría tener graves consecuencias legales para los implicados. Aunque la inmunidad protege al rey Felipe VI VI como jefe del Estado, Letizia no goza de la misma protección y podría enfrentarse a cargos penales por su presunta participación en esta práctica ilegal.
El silencio de la Casa Real ante estas acusaciones solo alimenta las especulaciones y la desconfianza pública. La falta de transparencia y rendición de cuentas solo agrava la crisis de legitimidad que enfrenta la monarquía. En un momento en que la sociedad exige mayor honestidad y responsabilidad por parte de sus líderes, estas revelaciones solo sirven para distanciar aún más a la Familia Real de los ciudadanos que supuestamente representan.