Este 20 de febrero es un número mágico: 20/02/2020. La reina Letizia lo tenía apuntado en rojo porque sale a la venta el libro Letizia la reina impaciente. Uno de los capítulos aborda la parte más visible de la reina: sus agresivas operaciones de cirugía estética. El autor Leonardo Faccio repasa la vida de la mujer del rey a través de sus complejos físicos a golpe de bisturí.
Los que conocen a Letizia la delatan, como su cosmetóloga: "Estaba horrorizada con su barbilla y su nariz. Pero lo que más la obsesionaba eran unas manchas debajo de los ojos producidas por el sol". L'autor justifica que "Letízia quería lucir perfecta y creía que su nariz aguileña y su barbilla prominente, como la de un faraón, le daba aspecto de bruja". Letizia iba al centro estético cada jueves a una sala con velas aromáticas, un buda y la palabra Zen en la puerta
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¿Qué le decían antes del bisturí? "El problema es que ella es muy delgada, y si el tejido es muy fino no puedes estirar. Yo le aconsejé rellenarse la cara. Es decir, estirar las arrugas con ácido hialaurónico y botox". El desastre está a la vista. Letizia no parece la presentadora del Telediario sino que es clavada a otra reina operada: Rania de Jordania: "pómulos alzados, ojos grandes sobre una barbilla redondeada y nariz recta. Su singularidad aguileña mutó en una belleza simétrica y estandarizada".
El día más temido de Letizia: la visita oficial de los reyes jordanos a España. No pudo evitar la foto al lado de Rania, que se hizo las mismas operaciones. Dos reinas como mellizas. Letizia, de bruja a princesa en un quirófano.