Uno de los libros que lo romperá las próximas semanas es una obra póstuma. Letizia de la A a la Z, del difunto periodista Carlos García Calvo. Letizia desgranada por todas las letras del abecedario con numerosas descripciones que tienen que ver con su vida. Hay letras que regalan al lector anécdotas jugosas, como su actitud en los brindis de Estado o sus problemas con los idiomas.

Letizia (GTRES)

Quedémonos ahora con la "A". De apodos. La lista de palabras como algunos se refieren a la reina es tan larga que daría para un libro dedicado exclusivamente a esta cuestión. Para Juan Carlos, Su nuera siempre ha sido para Juan Carlos la Princesa de Tolosa", abreviatura de 'todo lo sabe'. Algunos compañeros de TVE le llamaban "la ficticia". Y según el escritor Leonardo Faccio, "Los amigos de Felipe VI no toleran que él se haya casado con una plebeya y, a sus espaldas, llaman 'Chacha a la reina Letizia'. Ahora hay que añadir un par más.

Felipe y Letizia (GTRES)

García Calvo escribe en uno de los pasajes de su última obra uno de los apodos que todavía se desconocían sobre la mujer de Felipe. En la "L" encontramos la entrada del término "La Clienta". Así es como se la conocía en el atelier del diseñador de cabecera de la reina, Felipe Varela: "Cuando nos enteramos de que en el taller de Felipe Varela llamaban así a la entonces Princesa de Asturias, muchos lo encontramos una gran genialidad y procedimos a adoptarlo. 'La clienta' por antonomasia, la más importante del diseñador madrileño, algo así como un escaparate andante de su ropa que servía de reclamo para atraer a todas esas españolas que querían vestir de princesas".

Una letra por debajo encontramos otro apelativo menos glamouroso. El que recibían ella y sus amigas "por parte de sus detractoras". Un apodo dirigido a Letizia cuando era princesa y a "sus cuatro o cinco amigas de soltera con laso que solía ir acenar o asistir a conciertos con ropa desenfadada"... Con la "M": "Mochileras". Posiblemente unas mochileras deluxe. Ahora las mochilas las usa su suegro para largarse del país. O para llenarlas de millones.