Los Borbones son aquel tipo de gente que porque yo lo valgo, escogidos a dedo por Franco, empezaron a vivir en España a cuerpo de rey, y nunca mejor dicho. Toda la familia vive gracias a lo que pagamos el resto, a las asignaciones que les tocan y a que todas le ponen. Y claro está, es muy fácil que tengan muchos negocios, así cualquiera, gracias al pastizal que pueden ir apilando. Ejemplos de caraduras tenemos para dar y para tomar en la familia: desde el jeta mayor del reino, el emérito Juan Carlos, y sus negocios peculiares, por decirlo suavemente, hasta el tarambana de Froilán, pasando por Victoria Federica, Juan, Miguel y toda la troupe. Y la de primos Borbones que hay esparcidos. Quedémonos en uno de los más franquistas y simpatizante de la ultraderecha que hay: Luis Alfonso de Borbón y Martínez-Bordiú.
Con diferentes títulos nobiliarios, el bisnieto de Franco no se corta un pelo a la hora de demostrar sus simpatías hacia la ultraderecha, al igual que los diferentes negocios que se le meten entre ceja y ceja, alguno de ellos, con un tufo de rancio que echa para atrás. Insuperable cuando creó un juego de cartas más facha que el aguilucho, un juego, 'Juega España', "con el que promete colarse en los hogares estas Navidades para entrentener e instruir a partes iguales repasando algunos de los episodios, personajes y obras de arte más relevantes de nuestra historia". 96 cartas y un dado con los colores de la rojigualda, y diferentes preguntas. ¿Quién gana?: “El primer jugador que con las letras de sus cartas consiga formar la palabra ESPAÑA”. No falta la carta de Franco, claro está. Ni un truco para ganar: gritar 'Arriba España'. Así puedes robar sin peligro. Sin esconderte.
Ahora, el Borbón protagoniza "un último y estrafalario" negocio, uno más de los muchos que han empezado, algunos dudosos, muchos de ruinosos, y alguno que va haciendo. ¿El último? Una tienda de merchandising "de ciertas marcas –no imitaciones, por favor–". en medio de Madrid, en la calle Princesa. Primero empezó siendo uno tienda de drones, pero la cosa ha ido degenerando. ¿Y en qué se ha convertido ahora? "Reconvertirse o morir"... Una tienda, un cajón de sastre, donde hay de todo: "gorras, llaveros, camisetas, souvenirs, caramelos, cervezas... Hay desde un llavero o un polo hasta llantas de coches de carreras o cazadoras de cuero. Es para todas las edades y para hombres y mujeres", ha dicho él... Si es que incluso sus explicaciones tienen tufo de rancio. Pero atención a la guinda, cuando ha definido el negocio como "un chino fino. Se puede encontrar prácticamente de todo, eso sí, todo de marca y nada de imitación".
Luis Alfonso de Borbón ha montado este negocio a medias con un socio, y a menudo se le ve a él allí, en la tienda, "Yo procuro estar aquí cada día, y estaré siempre que se me necesite", ha dicho el hijo de Carmen Martínez-Bordiú.