Felipe VI sigue dedicando los fines de semana a hacer vida de soltero, con las hijas esparcidas por el mundo, la mayor en el Elcano surcando el océano Pacífico y la pequeña en Gales estudiante Bachillerato. Con su mujer, Letizia, tienen pactado un matrimonio de conveniencia, en palabras de Pilar Eyre, vidas privadas autónomas. Y no se esconden. Felipe pasa los fines de semana viviendo su vida y ahora con un añadido peligroso, cualquier actividad la hace sin protección. El último fin de semana de marzo el rey lo ha pasado esquiando en la estación de Formigal, en el Pirineo aragonés. La mala imagen de un rey con actividades de pijo, restaurantes carísimos y sin la mujer lo ha acabado de rematar el lunes cuando el jefe de Estado presidía un acto y ha aparecido con la cara totalmente quemada por el sol y la marca de las gafas de esquiar, como una parodia de pijo. La mala imagen del rey era colosal. No utiliza protección como recomienda el sentido común y cualquier dermatólogo:



La noticia era tan pública que ni siquiera la Agencia EFE, oficial, ha podido esconderla:"Felipe VI ha aparecido este lunes con el rostro quemado por el sol en un acto en el que, antes de comenzar su discurso, ha pedido disculpas por su aspecto: "Esto es lo que ocurre cuando uno no se protege adecuadamente". Estas palabras, en su discurso de inauguración de la quinta edición de 'Wake Up, Spain!', han sido seguidas por las risas de los asistentes a este foro organizado por 'El Español', Invertia y Disruptores en Casa América, en Madrid. El rey estuvo esquiando este fin de semana en el Pirineo aragonés, en la estación de Formigal, en una jornada con mucho sol, lo que le ha provocado las quemaduras en el rostro".Unas disculpas que recuerdan las de su padre: "Lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir". Ahora no es por cazar elefantes en plena crisis económica sino por esquiar en Formigal sin la más mínima consideración por la imagen. Felipe representa la imagen de España y así aparece: quemado.


Felipe ya sufre otro problema en la piel derivado de su onicofagia. El secretismo sobre la salud del jefe del Estado esconde una enfermedad de Felipe que ha quedado a la vista de todos. Antena 3: "El rey Felipe VI, como el 15% de los españoles, tiene un hábito compulsivo que se produce como consecuencia del estrés, el nerviosismo o el aburrimiento: morderse las uñas. El nombre oficial es onicofagia y provoca pequeñas heridas en las manos. Esta, en general, es una manía que se desarrolla cuando tenemos entre 6 y 12 años, pero que es muy difícil de quitar, algo que le pasa al rey. A lo largo de los años, hemos visto que había épocas en las que tenía menos heridas que en otras. El monarca ha aprendido, sin embargo, a esconderlo. Por este motivo, posa de brazos cruzados, cierra los puños al pasear o esconde los dedos".
Enfermedad de onicofagia de Felipe, CR.
El jefe del Estado en un acto de entrega de premios empresariales y saluda todo el mundo con la mano llena de heridas, las puntas de los dedos moradas que todavía sangran. Mujer peor imagen que las tiritas que a menudo se pone en los dedos para esconder la enfermedad. Ahora ya se sabe por qué llevaba esparadrapo a los dedos: le sangran.
Diferentes actos oficiales con tiritas en los dedos, EP
Más allá de sospechas, la foto demuestra que el rey de España tiene una enfermedad, epidérmica o nerviosa. Morderse así los dedos implica un TOC, trastorno obsesivo compulsivo. Y la piel delicada cuando toma el sol en alta montaña. La sangre azul y la piel quemada en rojo, como los colores del Barça. Da muy mala imagen, entre frívola y desagradable.