La presencia de Camilla Parker Bowles en la realeza británica se consolidó en 2005 cuando contrajo matrimonio con el actual rey, Carlos III. Sin embargo, su relación con la Familia Real y su ascenso al trono estuvieron rodeados de controversias y polémicas, principalmente debido a las infidelidades del príncipe Carlos con Camilla mientras aún estaba casado con Lady Di. A pesar de los escándalos, Camilla ha continuado su compromiso con la realeza y ha buscado ganarse el favor del pueblo británico a través de su amabilidad y sonrisa en cada una de sus apariciones públicas.

Aunque Camilla prefiere vivir una vida relajada, uno de los aspectos más estructurados de su vida es su régimen alimenticio. En su dieta, nunca faltan lácteos y huevos, además de grasas saludables como las presentes en el pescado, aguacates, almendras, carne de cordero o pollo. Aunque la reina consorte niega seguir dietas populares, su enfoque principal es la alimentación saludable, destinada a fortalecer sus huesos tras su diagnóstico de osteoporosis. Además, la esposa de Carlos III es muy meticulosa a la hora de comer, dado que solo consume productos orgánicos cultivados en su propio jardín en Clarence House, lo que refleja un compromiso con la sostenibilidad y la calidad alimentaria. De hecho, el rey Carlos ha llevado este compromiso aún más lejos al fundar su propia marca de productos orgánicos, Duchy Organics, en 1990.

Los alimentos prohibidos en el Palacio Real

Sin embargo, tanto Camilla como Carlos III tienen una lista de alimentos prohibidos en el Palacio. Su alimentación se basa en gran medida en productos ecológicos y refleja una sensibilidad especial hacia el bienestar animal, por lo que uno de los alimentos que han sido completamente eliminados de los menús reales es el foie gras, debido a la conciencia ética del rey sobre el proceso de producción de este producto a base de hígado de pato o ganso.

Pero el foie gras no es el único alimento que no es bienvenido en el Palacio Real. Camilla ha expresado en varias ocasiones que no tolera el ajo, alegando que su fuerte olor y sabor pueden resultar desagradables en ciertas ocasiones, especialmente teniendo en cuenta la apretada agenda de la familia real. En una visita al programa Masterchef Australia, Camilla expresó de manera contundente: "Odio tener que decir esto, pero nunca usen ajo, el ajo no se puede". Además del ajo, los mariscos tampoco son bienvenidos en el Palacio, a pesar de ser uno de los tesoros culinarios más apreciados en la gastronomía británica. Esta elección se hace para evitar el riesgo de posibles intoxicaciones alimentarias en eventos oficiales, particularmente cuando los miembros de la familia real viajan.

El enemigo culinario de Camilla Parker Bowles: pimientos y vísceras

Además, la actual reina de Inglaterra ha dejado claro cuáles son las comidas que más odia. Entre ellas, ha expresado su aversión por los pimientos, ya sea crudos o cocinados. Además, no es fan de las vísceras y el chili. En contraste, cuando se trata de sus comidas favoritas, destaca su amor por las alubias horneadas con tostadas, una elección sin duda de carácter británico. Además, disfruta de las patatas fritas recién hechas, servidas con pescado, otro plato icónico de la cocina inglesa.