Las dinámicas familiares en la Casa Real española han generado numerosos rumores, y en esta ocasión la atención recae sobre el trato de Leonor hacia su abuela, la reina Sofía. Según algunos allegados, el comportamiento de la joven princesa es considerado distante y en ocasiones grosero con la emérita. La situación ha provocado malestar entre sus primos, en particular entre los hijos de las infantas Elena y Cristina, quienes observan con desaprobación cómo Leonor parece evitar relacionarse de forma cercana con su abuela.
Los Marichalar y Urdangarin, especialmente Victoria Federica, Froilán, Irene, Miguel, Juan, y Pablo, han mostrado su inconformidad en ámbitos privados, señalando que el trato de Leonor con Sofía es una falta de respeto. Al parecer, Leonor muestra una actitud fría, la evitan y la dejan a medias en algunas conversaciones. Este distanciamiento ha despertado opiniones en sus primos, quienes consideran que la princesa debería honrar la relación con su abuela, una figura clave en la unión de la familia.
La reina Letizia, detrás del distanciamiento de la princesa Leonor con la reina Sofía
Algunos observadores de la familia real atribuyen esta distancia al rol que ha jugado la reina Letizia en la vida de sus hijas. Desde el nacimiento de Leonor y su hermana, la infanta Sofía, Letizia habría mantenido un control estricto sobre el tiempo y la cercanía que las jóvenes podían tener con sus abuelos paternos, los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía. Se dice que Letizia estableció un “cordón sanitario” para evitar que sus hijas absorbieran influencias de los Borbones. Este control habría llevado a las jóvenes a desarrollar una relación casi nula con sus abuelos, fomentando una desconexión emocional con ellos.
El episodio relatado por la periodista Pilar Eyre resume bien la situación: Sofía llegó en una ocasión a Zarzuela con una caja de juguetes que habían pertenecido a sus hijos, con la intención de dárselos a sus nietas. Sin embargo, la cuidadora de las niñas, quien seguía instrucciones de Letizia, le impidió el paso, argumentando que la reina emérita “no estaba en la lista de visitas”. Esta escena dejó claro el control de la consorte sobre el entorno de sus hijas y la distancia que se intentaba imponer con los eméritos.
Los primos de Leonor han sido testigos del trato de la princesa hacia la abuela
Para los Marichalar y Urdangarin, el papel de Sofía en la familia es fundamental, y ellos mismos disfrutan de una relación cálida y cercana con su abuela. Por ello, les resulta difícil aceptar la actitud de Leonor, a quien ven como la futura reina, pero que parece no otorgarle a Sofía el respeto que merece. Los primos de Leonor perciben esta indiferencia como una falta de gratitud hacia una abuela que ha trabajado incansablemente para mantener a la familia unida en los tiempos más difíciles.