Si la monarquía española fuera una de aquellas series de sobremesa que hacían en la tele, estilo Falcon Crest, Dinastía o Dallas, ya sabemos quién haría el papel de la mala, aunque a juicio de muchos, como de servidor, nos encanta y nos declaramos fans de ella: Marie-Chantal Miller. La enemiga declarada de la reina Letizia no se corta un pelo y siempre ha sido la royal que más claritas le ha dejado las cosas a la reina española. Cuando la asturiana va, ella vuelve. No se soportan y no se esconden. Alguna vez han hecho el paripé, en alguna reunión monárquica. Ya se sabe que eso de las apariencias está a la orden del día. Pero a pesar de la hipocresía habitual que rodea la realeza, ahí es nada cómo las ha soltado la mujer de Pablo de Grecia. Y a menudo, con la mujer de Felipe en la diana.
Todo estalló, recordarán, el día que Letizia le hizo un feo a su suegra Sofía delante de la Catedral de Palma, limpiándole un beso que la emérita le había hecho en la frente de una de sus hijas e impidiendo que la abuela se hiciera una foto con sus nietas. Letizia no soporta a sus suegros y los humilló en público. La cara de la yaya de las niñas era un poema. Juan Carlos desencajado. Y Felipe sin saber qué hacer ni qué cara poner viendo a su mujer montando el número a ojos de todo el mundo. A partir de aquel día se hizo palpable el asco que se tienen las dos. Y el gesto de Letizia provocó un antes y un después, también en la rama griega de la familia de su marido. Al ver qué pasó, Marie-Chantal Miller no se mordió la lengua y soltó una frase lapidaria que Letizia tiene grabada en fuego en la memoria: "¿Es cierto? ¡Eso es horrible! Ninguna abuela merece este tipo de trato!. Letizia ha mostrado su verdadera cara". Pam. En toda la boca. Una bofetada a mano abierta que todavía resuena en Zarzuela.
Felipe y Pablo de Grecia se caen muy bien, son primos y bien avenidos... Sus mujeres no pueden decir lo mismo. Descartado de un tiempo a esta parte hacer una cena a cuatro entre las dos parejas. Sí. Han coincidido posteriormente en algún acontecimiento, pero Miller no le perdonará nunca la aversión indisimulada que le tiene la reina española a su suegra, que casualmente, es una mujer muy querida en el palacio griego. Y ahora, una nueva muestra en la misma casa de Marie-Chantal Miller. Un detalle que no es nada en balde, que significa una nueva humillación pública de la mujer de Pablo a la mujer de Felipe. Porque ahora, Miller, una asidua instagramer que no duda en publicar imágenes de su día a día, ha colgado una foto de una de las habitaciones de su casa, en Nueva York, donde vive con su marido y dos de sus hijos. Un espacio muy importante para ella que ve cada día que pasa por allí.
Un rincón de la casa donde tiene un sofá de terciopelo de color burdeos encima de un suelo de madera y donde está tan tranquilo su perro 'Echo', y en la pared, dos cuadros bien visibles. ¿Qué se ve? ¿Sería mejor decir quién se ve? La diseñadora y empresaria ha creado una especie de altar a modo de homenaje a los reyes Pablo I y Frederika, es decir, los abuelos de su marido Pablo, ya que son los padres de Constantino, y por lo tanto, también de la reina Sofía. Dos cuadros con dos fotografías en blanco y negro, dos retratos, de cuando los padres de Sofía eran reyes de Grecia. Una reliquia que hará muy feliz a la reina emérita, que quería con locura a sus padres, referentes para ella. Y, no hay que decirlo, un nuevo uppercut de Marie-Chantal en la mandíbula de Letizia, restregándole por la cara que ella, a kilómetros de distancia, tiene un detalle que emocionará a Sofía, y en cambio, su nuera Letizia, viviendo junto a ella, nada de nada.
Quién sabe... quizás Letizia también tiene una foto de Marie-Chantal colgada en alguna habitación de Zarzuela... para ir lanzando dardos.