El annus horribilis de la princesa noruega Mette-Marit continúa. La mujer del príncipe Haakon sigue luchando contra la enfermedad pulmonar crónica que sufre desde hace siete años, y aunque intenta que su día a día no se resienta, la verdad es que su agenda ha sufrido varias cancelaciones y cambios por culpa de los efectos de los medicamentos que toma y del mismo dolor que le provoca. Recientemente, sin ir más lejos, ha tenido que anular su presencia en una de las citas que más le gustan, la Feria del Libro de Leipzig, justamente porque la última sobreexposición pública en actos royals la ha dejado agotada. Desde la casa real noruega han insistido en decir que la princesa tiene que descansar, se lo tiene que tomar con más calma.

Mette-Marit no levanta cabeza ni física ni moralmente. Y es que además de los dolores de su enfermedad, tiene otro dolor de cabeza que le llega al alma, provocado por los problemas con la justicia de su primer hijo, con una pareja anterior a Haakon, Marius Borg. El joven vive inmerso en el escándalo con muchas acusaciones judiciales por presunta violación, violencia e incumplir la prohibición de contacto, pero parece que todo eso le lama un pie, y continúa con su vida como si nada. En el 2024 fue acusado de delitos graves, incluyendo, como decíamos, violación y violencia de género, pero mientras para su familia ha sido un descalabro, aunque Marius no tenga ningún título real, mientras salen a la luz detalles comprometedores, él intenta desviar la atención.

Mette Marit, Marius Borg y Haakon Noruega GTRES
Mette Marit, Marius Borg y Haakon Noruega GTRES
Marius Borg GTRES
Marius Borg y su madre Mette-Marit GTRES

Y si su vida implica salir de fiesta, pasar una noche loca en otro país, en este caso, Dinamarca, no se lo piensa dos veces. Al hijo mayor de Mette-Marit lo acaban de ver en Copenhague, de noche, alojado en un exclusivo hotel de cinco estrellas, 'Manon Les Suites', al lado de una de las discotecas de moda, 'Sopavillonen'. Y hacia allí que falta gente. Marius, a quien después de las acusaciones le han cerrado a cal y canto el paso en su discoteca de cabecera en Oslo, el club jet set 'Michaels', no se ha querido perder una noche de desenfreno y ha ido al local danés. Pero harto de que la prensa lo siga y la gente lo reconozca, ha decidido cortar por lo sano y hacerse un cambio radical de look para evitar miradas. Marius Borg se ha teñido el pelo y ha dejado atrás su cabellera rubia peinada hacia atrás y ahora lleva el pelo muy negro y despeinado para pasar desapercibido. Pero no ha podido evitar que una revista noruega, 'Se og Hor', lo haya visto y lo haya fotografiado.

marius
 

De momento no hay fecha para el juicio, motivo por el cual Marius puede seguir viajando a otros países, como acaba de pasar, pero veremos qué impacto tiene la decisión final y si el hijo de Mette-Marit ingresará o no en la prisión, con el pelo rubio o teñidos de negro.