Uno de los diarios con los que desayuna el rey Felipe cada mañana es La Vanguardia. Y uno de los políticos menos monárquicos del Congreso es Gabriel Rufián. Este jueves, el director del citado medio, Màrius Carol, y el jefe de filas de ERC tuvieron una conversación en La fábrica de Rufián, uno de los programas de entrevistas más interesantes que hoy en día se pueden ver, por YouTube.
Grabado antes de las elecciones del 10N, algunas de las reflexiones del periodista y el político estaban hechas, evidentemente, antes de saber el número de diputados de las formaciones, antes de saber del acuerdo Sánchez-Iglesias o antes de saber que Rivera se marchaba con el rabo entre las piernas, aunque alguna sentencia fue premonitoria: "¿Rivera se come los turrones en el consejo de administración de una empresa?'", pregunta Rufián. Respuesta: "Seguramente no se los comerá al frente de su partido".
Temas que han abordado: 1) La sentencia al procés ("No nos ayuda a todos aquellos que queremos que este país salga adelante, con gente en la cárcel") y una posible amnistía o indulto como inicio de la solución ("pero necesitaría de un gobierno en Madrid con un cierto coraje"). 2) Independentismo: "a mis amigos independentistas les digo: '¿Firmarías estar como está el País Vasco?' Y el 95% me dicen: 'Donde hay que firmar?'". 3) Torra: "no se ha acabado de creer el cargo. Eso de ser héroe por accidente no funciona". 4) La violencia en las calles de Barcelona: "He visto imágenes que me han causado tremendo dolor. Los policías no son los malos. No hay malos en la vida. Deslegitimar a la policía es un mal negiocio para un gobierno". O 5) Tsunami Democràtic: "no me lo han presentado. En democracia la gente tiene rostro. Cuando he preguntado quien son, dicen que no especialmente gente joven, que ha estado en muchas batallas políticas y que la tecnología les permite blindarse".
También de comunicadores. Por ejemplo, considerando que ni Susanna Griso ni García Ferreras son especialmente imparciales, que Jordi Basté es "un crack", Marhuenda "un listo" o TV3 "no está en su mejor momento". Pero tratándose de este entrevistado, lo mejor fue la conversación sobre la monarquía española y el papel del emérito y su hijo.
¿El futuro de la monarquía? "Uno de los argumentos para defenderla es que en unos momentos en que todo está en cuestión, también la monarquía, puede ser vista como un argumento de estabilidad. La monarquia española estuvo sobreprotegida mucho tiempo y ahora es lo contrario. Pero yo entiendo que el rey podría ser usado en su papel arbitral". Carol revela el café que tomó con Juan Carlos en la zarzuela antes de abdicar: "Me dijo: 'entiendo que el gran problema de España es Catalunya. A mí porqué ya no me dejan, pero yo si pudiera, encerraría a Rajoy y a Mas hasta que encontraran una solución viable'". Lo más sorprendente, sin embargo, ha sido oírlo hablar del discurso del rey Felipe del 3 de octubre de hace dos años.
"No sé si fue un error. Yo lo hubiera hecho de otra manera. A mí nadie me consultó nadie, pobre de mí. Pero luego lo he hablado con Felipe VI. Le dije que me había quedado muy frío, que era un discurso muy poco empático. Muchos catalanes que no somos independentistas, nos quedamos muy fríos, con la sensación de no sentirnos más acompañados. Iba dirigido a los de fuera de Catalunya. Faltó empatía". ¿Qué destaca (y a medias)? "Se ha dicho más del discurso de lo que realmente dice. Formalmente es correcto, pero las cosas no han de ser solo correctas. Es como el médico: si tienes una enfermedad complicada, es bueno que te lo digan, pero el médico tiene que darte ánimos para querer seguir adelante". Puedes verlo a partir del minuto 3'29":
A raíz de los Borbones, una última curiosidad, cuando el colaborador Tomàs Fuentes le da a escoger entre uno de estos dos titulares ficticios: "¿Cuál preferirías poner en portada en 'La Vanguardia': se proclama la república española o detienen a Puigdemont?". Respuesta: "Si se llegara a dar, hay una noticia más importante que la otra, porque no cambia cada día un estado de forma de gobierno". Si eso pasara, sería curioso leer el editorial de aquel día, después de tantos años alabando a la monarquía.