Cada uno por su lado, eso es lo que han decidido Felipe y Letizia desde que se hizo pública la supuesta historia de amor a tres bandas con Jaime del Burgo. Desde hace unos meses los movimientos de los reyes son analizados con lupa, hasta el más minucioso detalle, y se ha llegado a la conclusión que entre ellos la relación estaría totalmente rota. Para no perjudicar a la corona y al futuro de Leonor, ambos han llegado a un acuerdo, no divorciarse, pero cesar la convivencia, siguiendo el modelo de Juan Carlos y Sofía, es otro matrimonio que no funciona. En la familia Borbón han fracasado todas las relaciones.
Este verano los reyes se han enfrentado una vez más a las vacaciones, y justo en medio de rumores de ruptura, por suerte les han acompañado los Juegos Olímpicos para disimular. Pueden pasar tiempo separados sin necesidad de afirmar un fin de la relación. La semana pasada Letizia se ausentó de Palma de Mallorca para apoyar a los deportistas españoles en París, mientras tanto Felipe participaba en la competición de vela, como todos los años. Esta nueva semana ha sido a la inversa, el rey ha viajado a la capital francesa, mientras la madre de Leonor y Sofía ha aprovechado para irse de vacaciones, no piensa quedarse en Marivent acompañando a la reina Sofía.
Letizia se va aprovechando la ausencia de Felipe
Letizia no quería venir a Palma de Mallorca, pero por protocolo, se vio en la obligación de asistir el pasado domingo para realizarse la fotografía de todos los años donde todos los familiares se fotografían juntos y acaban con cualquier rumor. Una vez realizada la fotografía, la reina les abandonó a todos para irse con su amigo a un hotel flotante, donde ninguna cámara pueda conseguir fotografías de ella. Leonor y Sofía se han quedado en Mallorca hasta que viajen una vez más a París para la clausura de los Juegos, allí también se espera la presencia de la reina para no levantar sospechas. Tiene tan solo seis días de total libertad para hacer lo que quiera.
Las informaciones en este sentido apuntan a que uno de los posibles destinos sería o bien en un enorme yate en alta mar o bien alojarse en un hotel flotante a un precio de unos 6000 € al día, aunque evidentemente es una información que desde la institución no van a compartir, entre otras cosas porque, más allá de intentar preservar la intimidad y la tranquilidad de la reina, también están en juego todo lo referente a la seguridad.