A sus 82 años, el currículum de Carlos Falcó contempla, como hechos más destacados, tres matrimonios fallidos, uno de ellos con Isabel Presyler; hijas que dicen que "el comunismo es una idea superbonita, pero no funciona con la naturaleza humana" como Tamara Falcó; empresas dedicadas a diferentes productos como el vino; marquesados como el de Griñón y amistades íntimas con el rey emérito Juan Carlos desde la infancia. No hace mucho volvió a ser noticia después de un turbio episodio de posible violencia doméstica a su actual mujer, Esther Doña, que sacudió la vida social madrileña.

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El aristócrata ha conocido tanto a dictadores como Francisco Franco como a los reyes Juan Carlos y Felipe. Aunque defiende que "no debe usarse la palabra 'amigo' con los reyes". Aun así, pasaba los veranos con el monarca en Estoril y pone la mano "al cien por cien" por el rey campechano con respecto a la administración de dinero público. De su sucesor al trono, confiesa que él le dijo al padre: “El problema es que tu hijo nunca va a tener un golpe como el de Tejero”... ¡Y llegó lo de Cataluña! Me enorgulleció enormemente el discurso del rey Felipe". El Marqués de Griñón aplaude que Felipe se casara con una mujer "plebeya y divorciada", pero lo más jugoso de su entrevista para el diario El Español ha sido cuando ha hablado de política. Y de Catalunya.

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Amigo en su día de Manuel Fraga, estuvo tentado de hacer vida política con el PP. Aunque ahora le tira Cs ("Si tuviera la edad de mis hijos, estaría en Cs)", tampoco le da ascos a los postulados ultras de Vox: "Es posible que coincida con Vox en algunas cosas, probablemente en varias". En fin. Una joya de hombre. En lo que coincide con el partido de Abascal, el de Rivera y el de Casado es en su visión sobre Catalunya. Curioso que, cuando habla de Franco, dice bien alto: "A los muertos que los juzgue Dios", pero cuando habla de los presos políticos, apela a "la independencia de la justicia. Si los indultos interfieren, me parece mal". Ni indultos ni irles a ver a la prisión: "No iría a verlos. Estoy en contra de sus ideas. Iría a ver a alguien preso por mis ideales: la libertad, la tolerancia y la igualdad de los españoles ante la ley".

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Preguntado sobre si aplicaría nuevamente el 155 en Catalunya, lo tiene claro: "Sí, sin duda, siempre y cuando se siga infringiendo flagrantemente la Constitución". Eso sí, si puede sacar provecho, no le haría uno feo a iniciar negocios que de momento, no tiene en Catalunya: "No tengo empresas en Catalunya, pero fíjese: estoy planteándome hacer vino en Cataluña. Un cava. Cataluña es España y, por eso, es muy bueno que los empresarios hagamos negocios allí". Si prospera su sueño, le proponemos un nombre para que lo comercialice: 'Fat-xarel·lo'.