Por todos es conocida la fama de mujeriego de Juan Carlos I. El emérito se casó por obligación con la reina Sofía, nunca estuvo enamorado, ni tan siquiera hizo el intento. La emérita intentó agradarle pero no lo consiguió. Solo mantuvieron relaciones íntimas par dar a luz al varón que se convertiría en el futuro Jefe de Estado. El exmonarca tiene sangre Borbón y una de sus mayores pasiones son las mujeres. Es todo un seductor. Sea por su atractivo físico o por su posición siempre ha tenido a la mujer que ha querido detrás. Se rumorea que ha estado con más de 5.000 mujeres, una cifra que continúa creciendo a pesar de su edad y sus problemas de movilidad. La mayoría eran prostitutas de lujo. Solo unas pocas llegaron a su corazón. Bárbara Rey, Corinna Larsen y Marta Gayà. La primera ya está olvidada. La segunda se la ha jugado demasiadas veces, y aún así si le pidiese volver lo haría con los ojos cerrados, y la tercera se ha convertido en una gran amiga, nunca se la ha jugado. La mallorquina nunca ha sacado rentabilidad a su relación.

Marta Gayá efe
Marta Gayá efe

La reina Sofía era conocedora de todas estas relaciones, y aún así continuó al lado de su marido. Para ella era más importante el papel de reina en la institución y el de madre. Vivían separados, pero a ojos de los demás estaban juntos. Sería una deshonra divorciarse, aunque Juan Carlos estuvo a punto de hacerlo cuando conoció a Corinna Larsen.

Díaz Belbel avisó a Juan Carlos de la presencia de la reina Sofía y sacó a Marta del hotel 

Cuando tenía algún viaje institucional, Juan Carlos aprovechaba para estar con sus amigas. Sin embargo, la reina Sofía recibía algún que otro aviso y se plantaba por sorpresa. Hubo un día en el que la emérita cogió el Talgo y se fue hasta Granada para sorprender a su marido en el Hotel Alhambra Palace, que en aquella ocasión se encontraba con Marta Gayà.

Juan Carlos y Sofía
Juan Carlos y Sofía

Antes de esta noche de hotel en la mejor suite del alojamiento, Juan Carlos pasó el fin de semana en Sierra Nevada con Marta. En Granada les recibió el amigo y alcalde Díaz Berbel. Cuando regresó al despacho en la Alcaldía, les llamó el gobernador civil informándoles de haber recibido una llamada de Zarzuela comunicándole que la reina Sofía había cogido un Talgo Madrid-Granada a las nueve de la noche y que prepara un mínimo y discreto dispositivo de seguridad.

Díaz Belbel corrió al hotel para sacar de la suite a Marta Gayà. No podía permitir que a su amigo Juan Carlos le pillasen con las manos en la masa.

Alguien había avisado a la reina Sofía del próximo encuentro de su marido con otra mujer. Había sufrido un ataque de celos y estaba dispuesta a verlo con sus propios ojos. No es la primera vez que le espiaba o le pillaba con otra. Sus infidelidades le producían mucho dolor.