Recientemente, el romance que ha cautivado a la alta sociedad y a la realeza internacional no es otro que el de Wes Gordon, director creativo de Carolina Herrera, y su esposo, el talentoso artista del vidrio Paul Arnhold. Desde que Gordon tomó las riendas de la icónica marca de moda, su visión estilística ha conquistado el corazón de celebridades, fashionistas y royals de todo el mundo, incluida la mismísima reina Letizia, quien está completamente fascinada con la perspectiva creativa y el enfoque estético de este matrimonio. La reina confía en ellos para diseñar algunos de sus looks más memorables, demostrando así la influencia y el prestigio que esta pareja ha logrado en la industria. No obstante, detrás de su éxito en el mundo de la moda y el arte se encuentra una historia de amor digna de una película romántica, pero ambientada en una antigua granja rural.
Todo comenzó cuando una amiga de Paul Arnhold le envió un correo electrónico con una simple frase: "He encontrado a tu futuro marido". Lo que parecía ser una broma o una fantasía se convirtió en realidad, dado que cuando Wes y Paul se conocieron, se dieron cuenta de que estaban destinados a estar juntos. Su amor floreció rápidamente y decidieron unir sus vidas en una boda inolvidable en Las Vegas, en 2017, que contó con la participación especial de Britney Spears.
El encanto rural de su hogar: una granja como refugio
Aunque podrían permitirse vivir en una lujosa residencia de su propiedad, ubicada en el barrio de Chelsea en Manhattan, esta pareja prefiere la tranquilidad y la belleza natural de su casa de campo en Roxbury, Connecticut. Se trata de una encantadora granja de madera estilo cottage inglés, construida en el siglo XVIII, que compraron hace más de una década. Para Wes y Paul, esta casa representa un refugio donde pueden desconectar del ajetreo de la ciudad y disfrutar de una vida sencilla, rodeados de animales, como caballos, gallinas, ovejas y vacas, y de sus adorables hijos, Henry y Georgia Rose, a pesar de que eso implique pagar miles de euros al año en el mantenimiento de esta propiedad.
En cuanto al estilo de vida que han creado juntos, Wes y Paul valoran la comodidad y la autenticidad por encima del lujo y la ostentación. Aunque ambos son exitosos en sus respectivas carreras, prefieren centrarse en la felicidad y en compartir risas en su hogar. Wes comenta: "Somos una pareja naturalmente alegre y esta es una casa de risas. Lo más maravilloso de tener hijos es que te da una perspectiva amplia, y algo que siempre he admirado de la señora Herrera es que tiene una familia muy unida, y eso ha enriquecido sus diseños. Cuanto más entiendes y amas a la vida en su totalidad, mejor trabajas".
Paul Arnhold y sus vínculos con España
Paul Arnhold se ha convertido en el compañero de Wes Gordon, ya que juntos han logrado encontrar un equilibrio sólido. Profesionalmente, se ha convertido en un respetado experto en el arte del soplado de vidrio. Además, su interés por la Historia del Arte lo llevó a vivir en Madrid, donde cursó estudios en la Universidad Complutense, por lo que también ha desarrollado una relación muy cercana con la reina Letizia y con la cultura española.