Los Reyes de Holanda son de aquellos que no les importa bajar al barro. Ellos son Guillermo Alejandro y Máxima, padres de Amalia, Ariadna y Alexia, más conocidas como la triple A. Ahora que las cosas parecen estar un poco más calmadas en palacio y donde la princesa Amalia ya está un poco mejor del acoso que recibía por parte de la Mocro Maffia, Máxima y el rey ya pueden hacer más vida pública.
Hace poco se fueron ambos a celebrar sus veinte años como casados en un restaurante andaluz en Ronda (Málaga) y se pusieron las botas. Comieron espárragos de campo y unas delicatessens de bacalao y lubina que hacían la boca agua. De postres no sabemos qué tomaron, pero seguro que no se comieron unos alfajores. ¿El motivo? La propia Máxima los hace más buenos que nadie. Están morrocotudamente ricos y son caseros: fíjense, si no, en este post en donde Su Majestad La Reina los prepara a la perfección.
Los alfajores son un producto constituido por dos o más galletitas, galletas o masa horneada, separadas entre sí por rellenos como mermeladas, jaleas, u otros dulces, pudiendo tener un baño o cobertura exterior. De origen argentino, como Máxima, fueron ideados por Augusto Chammás a mediados del siglo XIX: riquísimos. Parecidos a los panellets catalanes, los alfajores son una de las delicias de Máxima, que además de ser una reina ejemplar, es una gran cocinera, todo lo contrario de Carlos III de Inglaterra, que es rey para que los mayordomos lo venten, le pongan el dentífrico en el cepillo de dientes y le planchen el pijama.
Con las manos en la masa
Esta frase es una que se suele decir cuando pillan a alguien haciendo una cosa indebida. Por ejemplo, en España se pilló a Juan Carlos I "con las manos en la masa" cazando elefantes en Botswana. En los Países Bajos pasa todo lo contrario: se coge la literalidad de la frase para hablar de la siguiente foto:
Y es que Máxima de Holanda está "con las manos en la masa" aplastando la masa de los alfajores y dándole forma a este sabroso postre. Miel, avellanas, pan rallado, cilantro, azúcar, ajonjolí... todo mezclado. Y con la reina amasándolo: así, sí, Máxima. Con las manos en la masa y con la corona en la cabeza.
Natural como la vida misma
Si alguien es natural en el mundo royal esa es Máxima de Holanda. No lo decimos porque haga unos alfajores de estrella Michelin, sino por cómo se desenvuelve en su vida pública. En una reciente visita de Estado a Tanzania, la monarca apareció con su rostro más real, sin maquillaje alguno. Arrugas, pliegues y pecas, al descubierto: no pasa nada. Así es como se crea más cercanía con los ciudadanos de a pie. Al natural. Alfajores y arrugas. Máximamente royal.
#CASASREALES Máxima de Holanda irreconocible y 100% natural a su llega a Tanzania https://t.co/vcxGDJrr3K @TheLuxonomist pic.twitter.com/5Sp7uBVzdk
— Juan Antonio Tirado (@jatirado_oc) October 18, 2022