Marcia Luyten no era la elección obvia para escribir la biografía de Máxima de Holanda. Sin embargo, su libro "Máxima Zorreguieta. Madre Patria" ha demostrado ser un éxito editorial, ganando elogios por su rigurosa investigación. Entre sus páginas, la autora revela aspectos desconocidos de la vida de la esposa de Guillermo Alejandro de los Países Bajos, incluyendo momentos de vulnerabilidad que han dejado al descubierto su lado más humano.

Uno de los episodios más conmovedores que Luyten saca a la luz es el dilema emocional que enfrentaron Máxima y Guillermo antes de su boda. La pareja se enfrentó a una difícil decisión cuando el parlamento holandés prohibió la presencia del padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, en la ceremonia nupcial. La razón detrás de esta decisión fue la participación de Zorreguieta en la sanguinaria dictadura de Jorge Videla en Argentina, que violó los derechos humanos de una gran cantidad de personas. Aunque fue una medida necesaria, resultó dolorosa para Máxima, quien tenía una estrecha relación con su padre y consideraba que su ausencia en el día de su boda era un sacrificio difícil de sobrellevar, ya que, según la autora, “en Holanda, si tu padre no puede asistir a tu boda es algo extremadamente doloroso, pero en Argentina es imposible. No solo es triste y trágico sino que es algo inconcebible”.

El duro sacrificio de Máxima de Holanda antes de su boda

Sin embargo, "las protestas fueron cada vez a peor. Si querían casarse, necesitaban el permiso del parlamento, porque si no contaban con él, Guillermo no podría convertirse en rey", relata Luyten en una entrevista exclusiva para ‘MujerHoy’. Convencer a Jorge Zorreguieta de que no asistiera fue un reto emocional para la joven pareja. “Máxima estuvo muy triste, porque es una persona sensible que está muy unida a su familia. Todos los días llamaba a sus padres por teléfono. Especialmente para ella su padre era su héroe. Fue difícil convencerle. La noche antes de la boda no dejaba de llorar, según me cuentan mis fuentes. Fue un sacrificio enorme para ella", agrega la biógrafa.



La sombra de la tragedia: la muerte de su hermana Inés

Pero la tristeza en la vida de Máxima no terminó allí. En 2018, la familia sufrió un golpe devastador con la muerte de su hermana Inés, tan solo un año después de la pérdida de su padre. La joven de 33 años luchó contra una enfermedad, y la reina intentó desesperadamente ayudarla, buscando toda clase de terapeutas y tratamientos. Tras la muerte de su hermana, Máxima se enfrentó a una profunda tristeza, por lo que se mantuvo alejada de la vida pública para procesar su pérdida, mientras que los ciudadanos de Holanda la apoyaban en su duelo.

Sin embargo, fue precisamente ese dolor lo que la motivó a buscar un nuevo propósito en su vida. Tras su dolorosa reaparición, Máxima de Holanda decidió usar su posición para generar un cambio significativo en la sociedad, enfocándose en asuntos relacionados con la salud mental de los jóvenes y convirtiéndose en una defensora apasionada de esta causa.