Los reyes de Holanda, Guillermo Alejandro y Máxima, ya están disfrutando de sus esperadas vacaciones estivales. Este año, como de costumbre, se han trasladado a su lujosa villa en Grecia, un refugio paradisíaco valorado en 4,5 millones de euros. Ubicada en la idílica localidad de Kranidi, en la periferia del Peloponeso, esta mansión se ha convertido en su destino de ensueño desde su adquisición en 2012.

La compra de esta propiedad no fue un capricho momentáneo. Máxima se enamoró de este enclave tras asistir a la boda de Tatiana Blatnik y Nicolás de Grecia en 2010. El príncipe Guillermo, decidido a complacer a su esposa, viajó posteriormente a la localidad para explorar varias agencias inmobiliarias. Sin embargo, la compra no se efectuó hasta la venta de su residencia en Mozambique, lo que finalmente permitió la adquisición de esta opulenta finca de 4.000 metros cuadrados. Curiosamente esta localidad griega no solo atrae a la realidad holandesa. También es el destino de vacaciones preferido de la reina Letizia, lo que sugiere que Kranidi posee un encanto especial para los miembros de las casas reales europeas.

Una mansión de ensueño

La finca en cuestión está dividida en tres grandes casas de fachada blanca con impresionantes vistas al mar Egeo. La mansión principal cuenta con una habitación de 100 m² con jacuzzi privado y sala de estar situada en la primera planta. La segunda planta alberga dos dormitorios adicionales, cada uno con sus respectivos baños completamente equipados. En la planta baja, un amplio y luminoso salón, una inmensa cocina y un baño completan la distribución. Pero las comodidades no terminan ahí. La residencia posee una espectacular piscina, una pista de tenis y un puerto privado, lo que facilita la entrada y salida por mar, permitiendo a la Familia Real holandesa disfrutar de la privacidad y la exclusividad que tanto valoran. Sin embargo, esta tranquilidad se ha visto empañada por varias polémicas y denuncias a lo largo de los años.

Polémicas y controversias

La aparente tranquilidad en este paraíso del Mediterráneo ha sido interrumpida por múltiples controversias. Activistas y vecinos han protestado en repetidas ocasiones contra el cierre de una parte pública de la playa de la isla. Estas medidas extremas, implementadas para garantizar la seguridad de los reyes de los Países Bajos, han impedido a los lugareños y turistas disfrutar de las cristalinas aguas de esta playa.

Además, el levantamiento ilegal de una segunda vivienda destinada a los guardaespaldas de la Familia Real ha causado una gran controversia. Este edificio, que no contaba con los permisos adecuados para su construcción, movilizó al gobierno griego a dar explicaciones, sumándose a la lista de problemas que han rodeado a la estancia de los monarcas holandeses en Grecia. A pesar de estas polémicas, la familia real neerlandesa continúa pasando largas temporadas en su mansión cada verano.

Lejos de esconderse, es habitual ver a Guillermo Alejandro y Máxima pasear por la isla, disfrutando de su tiempo libre y del maravilloso entorno que ofrece este rincón del Mediterráneo. Este año, las vacaciones de los reyes de Holanda han sido adelantadas debido a los Juegos Olímpicos de París, a los que tienen previsto asistir a principios de agosto. Este gran evento ha trastocado las agendas de muchos royals, que han tenido que reorganizar sus planes estivales para apoyar a sus respectivos países en esta cita deportiva mundial.