La reina Letizia arrasó una vez más en el desfile de las Fuerzas Armadas del pasado 12 de octubre, una fecha clave para Casa Real. No obstante, en esta ocasión no fue la gran protagonista como a ella le gusta, y es que Leonor se llevó todas las miradas. La princesa causó una gran expectación porque hacía varios años que no estaba presente en la Tribuna, y en esta ocasión regresaba presidiéndola junto a su padre, ambos vestidos de militares. Además, por primera vez, la hermana de Sofía les acompañó en el besamanos celebrado en el Palacio Real y en el posterior almuerzo con personas influyentes del país.
A pesar de ello, los medios de comunicación, como siempre, analizaron la presencia de Letizia y su estilismo. Se considera una de las reinas más elegantes. Nuevamente, la mujer de Felipe VI apostó por un vestido con sello España. Siempre ficha a diseñadores españoles, a veces viste con marcas ‘low cost’ y otras más elevadas. Lució un vestido de flores que customizó precisamente para la ocasión.
En esta ocasión no estuvo firmado por su diseñador de cabecera, Felipe Valera, sino por el valenciano Juan Vidal. Se trata de un vestido realizado en poliéster reciclado estampado de flores con diseño de manga larga abullonada, cintura alta con fruncidos en el pecho y un profundo escote en pico. No obstante, no es el modelo original del modista, se han hecho unos retoques para ella.
Letizia abandona el tacón alto por uno de 3 centímetros
Pero si nos centramos en los zapatos, Letizia se ha apartado de su manía de lucir tacón alto para parecer más alta y estar más igualada con su marido y sus hijas. Es la más pequeña de la familia. Además, el tacón alto estiliza. Pero después de tanto tiempo con ese tipo de zapatos se ha tenido que bajar de las alturas por un tema de salud, los médicos ya le han advertido en varias ocasiones.
La reina Letizia sufre una enfermedad muy doloroso en el pie, se trata del neuroma de Morton que afecta al metatarso, generalmente entre el tercer y el cuarto dedo del pie. Pero no es la única dolencia que sufre la madre de Leonor en el pie, también se la diagnostico de una metatarsalgia crónica.
Detallan que quienes padecen la enfermedad de la reina sienten como si tuvieran una piedra en el zapato o un pliegue en el calcetín. Es una sensación de dolor agudo, como un picazón y un entumecimiento de los dedos. Sin embargo, hacia el exterior no se percibe ninguna señal de enfermedad.
La reina no pudo soportar el dolor y para que no se complicasen aún más las cosas tuvo que bajarse de los tacones altos. El neuroma de Morton no tiene una cura con una operación, es algo que la acompañará el resto de su vida, pero que debe controlar sin fomentar que vaya a más por su obsesión.