Parece que no soplan buenos vientos en torno a Meghan y Harry. El hijo del rey Carlos III y su mujer podrían no estar pasando precisamente, por su mejor momento. Que si abogados matrimonialistas, que si promesas de su padre si la pareja se separa, que si planes maquiavélicos por parte de ella... No parece que estén pasando un momento dulce, todo lo contrario, y en Gran Bretaña han saltado las alarmas. Los fans, alborotados ante la posibilidad de que los ex duques de Sussex partan peras. Pero ahora, esta posibilidad parece más factible que nunca.
Aunque desde su círculo se han encargado de desvanecer una vez y otra las dudas y la sombra de la separación, desmintiendo los rumores y confirmando que continúan tan tortolitos como siempre, una persona que conoce bien al hijo de Carlos se ha encargado de poner agua al vino. Hablamos de Paul Burrell, que asegura que la separación es inminente. ¿Quién es Paul Burrell? Fue amigo personal y chef de la princesa Diana, además de haber convivido en palacio durante mucho tiempo con William y Harry desde que estos eran pequeños. "Soy la única persona en la Gran Bretaña que se pregunta: ¿Harry finalmente se ha despertado y ha visto la verdad? ¿De verdad finalmente ha visto la verdad de lo que su mujer ha estado haciendo y de que le han lavado el cerebro?", se ha preguntado el antiguo trabajador e íntimo de Lady Di en la cadena de televisión GB News.
Y remite a un detalle: el hijo del rey alquila a menudo una habitación de un hotel en Montecito, California, para permanecer mucho tiempo alejado de su mujer, la actriz norteamericana. "Si Diana viviera estaría profundamente triste con lo que su hijo pequeño ha hecho contra su propia familia. Conozco a Harry personalmente, él siempre quiso ser padre, siempre quiso tener hijos, pero si se separa tendrá que dejar a sus hijos en América y no los verá crecer siempre que quiera. Si él deja su relación ahora, perderá a los hijos, pero no tengo duda de que eso pasará". Así de contundente, así de categórico se ha mostrado Burrell. Y es que tiene claro que cuando se haga oficial la separación, él volverá a Gran Bretaña y ella se quedará en los Estados Unidos. Resistirán tanto como puedan, pero al final, la cosa caerá por su propio peso: "Inevitablemente verán grietas en este matrimonio porque sabemos que con una gran prensa, una gran crítica y la fama mundial viene una gran presión. Y esta pareja tendrá una gran presión sobre los hombros".
El entorno más íntimo de Meghan asegura que ella está decidida, ahora sí, a encontrar un nuevo amor, ya que se habría cansado ya de su marido. Si eso finalmente pasa, preparémonos: en caso de confirmarse el divorcio entre ellos, la batalla legal por la custodia de sus hijos y las compensaciones millonarias serán motivo de una guerra sin tregua que amenaza con no hacer prisioneros.