En el mundo de la realeza británica, la elegancia y el buen gusto en la vestimenta siempre han sido una parte integral de su imagen pública. Miembros como el rey Carlos III y el príncipe Felipe de Edimburgo solían competir por el primer lugar en las listas de los mejor vestidos a nivel mundial. Firmas y sastres como John N. Kent, Gieves & Hawkes, Barbour, Cordings, Anderson & Sheppard, y Saville Row han sido los aliados de los Windsor en su búsqueda de la perfección en el vestir. Sin embargo, el príncipe Harry, en su búsqueda de un estilo más moderno y relajado, ha dado un giro sorprendente a su armario, lo que ha llevado a que su esposa, Meghan Markle, sienta vergüenza por su apariencia a menudo descuidada desde que se mudaron a Estados Unidos en 2020.
El príncipe Harry, junto con su hermano Guillermo, optaron por un estilo más moderno y en línea con la idea de masculinidad de lujo de marcas como Thom Sweeney, alejándose del enfoque más tradicional de su padre. Sus trajes, hechos a medida y de tres piezas, representaban una declaración de elegancia contemporánea. Sin embargo, desde su partida de la Casa Real, su estilo ha dado un giro drástico hacia lo que algunos describirían como "desaliñado".
El estilo desenfadado de Harry
En sus apariciones oficiales, su apariencia muestra signos evidentes de que ya no cuenta con el respaldo de la maquinaria de Buckingham Palace. Desde zapatos con suela rota hasta calcetines cortos arrugados, su atención a los detalles parece haber disminuido significativamente. Además, ha optado por renunciar a las icónicas firmas británicas en favor de marcas extranjeras, como cuando eligió un traje de la firma francesa Dior en lugar de uno a medida de Gieves & Hawkes durante la coronación de Carlos III.
Las recientes apariciones de Harry en los Invictus Games han sido un escaparate de su nuevo estilo. A pesar de que el duque de Sussex no ha desacertado del todo en sus atuendos deportivos, su elección de trajes formales no ha tenido el mismo éxito, dado que se ha evidenciado que ha comprado trajes prefabricados que no se ajustan a su físico ni a los estándares de elegancia que solía mantener.
Errores en el ajuste de la vestimenta
Uno de los aspectos más notables de su cambio de estilo son los errores evidentes en el ajuste de sus prendas. Las chaquetas con brazos demasiado amplios crean dobleces y arrugas, mientras que las camisas holgadas y con pecheras arrugadas no favorecen su figura en un traje formal. Los bajos de los pantalones no están adaptados para sus zapatos de cordones de empeine alto, lo que resulta en una apariencia forzada. Además, la cinturilla de los pantalones parece indicar un cambio de peso que no ha sido acompañado de un ajuste adecuado. La "zona cero" de los pantalones se muestra tirante y con arrugas, lo que le da un aspecto poco favorecedor.
Este nuevo estilo informal se basa en la desestructuración de la vestimenta formal. Harry opta cada vez más por usar solo camisas y, en ocasiones, un blazer. Sin embargo, este estilo desaliñado no agrada a Meghan Markle, quien comprende que en Hollywood la apariencia juega un papel crucial en la imagen pública. El nuevo look del príncipe Harry contrasta con la imagen pulida y sofisticada que ella está acostumbrada a ver en el mundo del entretenimiento.