En los últimos años, la figura de Meghan Markle ha sido objeto de gran atención mediática, tanto por su matrimonio con el Príncipe Harry como por su posterior salida de la Familia Real Británica. En medio de este escrutinio, han surgido rumores que cuestionan las motivaciones detrás de su relación con el duque de Sussex. 

Meghan Markle, ¿Interés o amor? 

Algunos afirman que la exactriz, desde joven, soñaba con casarse con un aristócrata para obtener un título nobiliario y el estatus social que conlleva. Se habla de que incluso compartía con sus amigas cercanas su deseo de convertirse en duquesa, marquesa o condesa. Según estas versiones, la llegada del Príncipe Harry a su vida no fue un golpe de suerte o producto del amor, sino una oportunidad cuidadosamente calculada para alcanzar sus ambiciones. Se argumenta que Meghan Markle vio en su actual marido el boleto perfecto para entrar al mundo de la realeza europea y obtener el reconocimiento y poder que anhelaba. 

Estas acusaciones han generado gran controversia, con algunos criticando a la duquesa de Sussex por considerarla oportunista y manipuladora. Sin embargo, sus defensores sostienen que se trata de una narrativa simplista y sesgada que ignora la complejidad de las relaciones humanas y las circunstancias que llevaron a su relación con Harry. Aunque hasta el momento estas son solo especulaciones, y no hay evidencia concreta que confirme o refute estas afirmaciones, la actriz de ‘Suits’ no se ha encargado de confirmar o desmentir esta información, tampoco su esposo.  

Entre el amor y la controversia 

La relación entre Meghan Markle y el Príncipe Harry, sexto en la línea de sucesión al trono británico, cautivó al mundo desde sus inicios. Su historia de amor parecía un cuento de hadas moderno: un encuentro fortuito, un romance vertiginoso, una boda de ensueño y la promesa de una vida feliz juntos. Según se cuenta, la chispa del amor surgió en 2016 durante una cita a ciegas organizada por amigos en común. A partir de ese momento, la pareja comenzó a verse en secreto, manteniendo su relación alejada del ojo público hasta que se hizo oficial en noviembre de ese mismo año. 

La boda real de los ahora duques de Sussex, celebrada en mayo de 2018, fue un evento de gran magnitud que acaparó la atención de millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, la unión también estuvo rodeada de controversia, principalmente por parte de la prensa británica y algunos sectores de la sociedad que cuestionaban el pasado de Meghan Markle y su encaje en la realeza. A pesar de las críticas, la pareja se mostró decidida a enfrentar los desafíos juntos.

En 2020, tomaron la sorpresiva decisión de renunciar a sus roles como miembros de la realeza británica y mudarse a California, Estados Unidos, en busca de una vida más tranquila y privada. La realidad es que desde el principio la relación entre Meghan Markle y el Príncipe Harry ha sido una montaña rusa de emociones, llena de amor, controversia y cambios inesperados. Hay quienes aseguran que todo se trata de una relación por conveniencia, orquestada por la ahora duquesa de Sussex y otros que afirman que todo se dio de manera fortuita.