Meghan Markle, la esposa del príncipe Harry, ha sido objeto de atención mediática por una adicción que ha logrado mantener oculta en gran medida: el tabaquismo. Aunque este hábito salió a la luz hace algunos años, la duquesa de Sussex ha intentado dejarlo sin éxito, generando preocupación entre sus seguidores y nuevas tensiones con la Familia Real británica. En 2019, Meghan fue sorprendida por los paparazzi mientras descansaba en una tumbona de un lujoso hotel con un cigarrillo en la mano, lo que desató inquietudes sobre si fumaba durante su embarazo de Archie. Esta revelación provocó tensiones adicionales entre la duquesa y la familia real, que ya no veía con buenos ojos a la estadounidense.

¿Qué sucedió después de que captaran a Meghan fumando? En lugar de unirse a la Familia Real en Escocia, la duquesa optó por viajar a Nueva York para presenciar la final del US Open, donde su amiga Serena Williams competía y, lamentablemente, fue derrotada. Este acto no fue bien recibido en el Palacio de Buckingham, aumentando la tensión entre Meghan y la familia política. Muchos en Inglaterra desaprobaron su comportamiento, especialmente al dejar a Archie con su padre mientras se dirigía a Estados Unidos.
Cuatro años después, la adicción persiste
Por consiguiente, una persona que tampoco simpatiza mucho con Meghan Markle hizo pública la controvertida imagen en la que se puede ver a la esposa de Harry recostada en una tumbona, vistiendo una bata corta estilo playera, mientras fumaba un cigarrillo y sostenía una botella de alguna bebida alcohólica. Ahora bien, a pesar de que han pasado casi cuatro años desde la publicación de estas fotos comprometedoras, Meghan Markle no ha logrado superar su adicción al tabaco. Aunque ha intentado mejorar su imagen pública y dejar de fumar, no ha sido capaz de deshacerse de este hábito.
La adicción al tabaco: un factor que la alejó de la realeza
De hecho, algunos sostienen que el hábito de fumar de Meghan fue un factor determinante para que nunca fuera completamente aceptada en la Casa Real británica. Mientras que Kate Middleton, la esposa del príncipe Guillermo y futura reina consorte de Inglaterra, y la difunta reina Isabel II compartían costumbres más tradicionales, Meghan era percibida como "demasiado moderna" para los estándares de la monarquía.
Tras abandonar la Casa Real británica debido a una serie de conflictos que han salido a la luz poco a poco, Meghan Markle se trasladó a Estados Unidos con la intención de revitalizar su carrera en el mundo del entretenimiento. Sin embargo, se ha encontrado con numerosos obstáculos que han impedido alcanzar el éxito anhelado, generándole problemas económicos y tensiones en su matrimonio. Ahora bien, aunque no se ha vuelto a ver a Meghan fumando en público, fuentes cercanas a su residencia en Montecito aseguran que la duquesa no ha abandonado su adicción al tabaco. En momentos de estrés o cuando necesita relajarse, se retira a los jardines de su mansión y enciende uno o dos cigarrillos antes de regresar a su hogar junto a sus hijos y su esposo.