Antes de caminar por los pasillos de la realeza británica, Meghan Markle ya había pronunciado el "sí, quiero". Ahora, los detalles ocultos de su primer matrimonio salen a la luz, revelando una estrategia que podría sorprender a muchos. Meghan Markle, reconocida por su participación en la serie 'Suits', mantuvo una relación de casi una década con Trevor Engelson, un productor estadounidense. La revista ‘Hello!’ señala que Trevor y Meghan se conocieron en 2004. Tras seis años de relación, se comprometieron en 2010. Aunque su primer matrimonio no contó con el lujo y esplendor característicos de las bodas reales, fue un evento significativo. La pareja se casó el 10 de septiembre de 2011 en Jamaica, cuando Meghan tenía 30 años y Trevor 35. Sin embargo, su matrimonio no perduró. En agosto de 2013, ambos firmaron los documentos de divorcio, citando "diferencias irreconciliables" como motivo de la separación.
Aunque se dijo que la distancia entre sus respectivos lugares de trabajo desencadenó la separación, nuevas revelaciones apuntan a un motivo más profundo y estratégico detrás de esta decisión.
Ambiciones personales sobre la maternidad
La ex actriz, quien buscaba más que un simple productor, parecía tener ambiciones mayores. A medida que su carrera despegaba y su presencia en el mundo del entretenimiento crecía, Markle parecía estar tejiendo un futuro que requería un compañero con un estatus y poder más elevados. La posibilidad de tener hijos con Engelson se convirtió en un obstáculo para sus ambiciones, llevándola a detener sus planes de maternidad con él.
Fuentes cercanas a Engelson afirman que él estaba interesado en formar una familia, mientras que Markle, inmersa en su ascenso en la industria del entretenimiento, parecía estar sopesando opciones más estratégicas. Su mudanza a Canadá para filmar 'Suits' y el reconocimiento que obtuvo allí fueron un punto de inflexión que modificó sus prioridades. El desenlace de su matrimonio con Engelson, según relatos del escritor Andrew Morton en su libro "Meghan, una princesa de Hollywood", no solo fue una separación, sino un acto de desapego doloroso. Engelson recibió de vuelta el anillo de compromiso que había otorgado a Meghan por correo, marcando así el final de su relación.
La jugada maestra: el giro tras la boda real
Sin embargo, resulta curioso que, con su primer esposo, Meghan no se embarcara en la maternidad, mientras que, tras su enlace con el príncipe Harry en 2018, anunciara su primer embarazo en un tiempo récord. Este acontecimiento no solo aseguraba la expansión de la Familia Real, sino que también proyectaba la posición de Meghan en la realeza británica. Ser la madre de un príncipe le aseguraba un lugar en la historia, independientemente del destino de su matrimonio con Harry.
El astuto manejo de sus decisiones personales parece indicar una estrategia cuidadosamente diseñada por parte de Meghan Markle, generando interrogantes sobre sus verdaderas motivaciones y prioridades en su camino hacia el reconocimiento y la estabilidad en el exigente mundo de la realeza británica y de la industria del entretenimiento.