La fundación Archewell, creada por el príncipe Harry y Meghan Markle, atraviesa momentos complicados. A finales de 2023, su declaración de impuestos reveló una disminución significativa en las donaciones, de 12 millones a solo dos. Ahora, la situación se agrava con problemas legales, ya que el fiscal general de California, Rob Bonta, ha emitido un aviso indicando que la fundación está en deuda y se ha registrado como morosa, lo que les obliga prácticamente a cesar sus actividades hasta que se resuelva el problema. El 3 de mayo, Rob Bonta informó oficialmente que Archewell no había presentado los informes anuales requeridos ni pagado las tasas de renovación. Esta omisión coloca a la fundación en una situación precaria, impidiéndole solicitar o desembolsar fondos benéficos, y pudiendo llevar a cabo sanciones adicionales, incluida la suspensión o revocación de su registro.

Los portavoces de los duques de Sussex aseguran que se trata de un problema administrativo, señalando que enviaron el pago a tiempo, pero este no llegó debido a un retraso en el correo. Han reenviado el pago y esperan solucionar el problema en unos días. Sin embargo, la urgencia de resolver esta situación es palpable, ya que la fundación necesita estar al día con sus obligaciones para continuar operando y recibiendo financiación.

El alto coste del glamour: los gastos personales de Meghan Markle generan un caos en las finanzas de la pareja

Mientras Archewell lidia con estos desafíos, los elevados gastos personales de Meghan Markle también generan preocupación. Fuentes cercanas indican que Meghan gasta alrededor de 10.000 euros mensuales para mantener su imagen. La duquesa invierte considerablemente en ropa de diseñador, tratamientos estéticos, peluquería, manicura y productos de cuidado de la piel de marcas de lujo como La Prairie, Sisley y Guerlain. Además, su preferencia por alimentos orgánicos incrementa significativamente sus gastos.

Estos gastos exorbitantes están afectando la economía del matrimonio. Aunque sus proyectos profesionales deben generar ingresos suficientes, la cancelación de varios de estos proyectos ha reducido su capacidad financiera. Así, los 10.000 euros mensuales que Meghan destina a su apariencia representan una carga adicional, complicando aún más la situación financiera de la pareja y su fundación.

El futuro de los Sussex y Archewell

Archewell, creada en 2019 con la intención de tener un impacto positivo en diversas causas benéficas, se enfrenta ahora a una encrucijada. Tras disolver Sussex Royal y mudarse a California, estableció la fundación en Beverly Hills, con la ayuda de abogados locales. Sin embargo, la situación actual pone en riesgo la viabilidad de la organización. A pesar de los desafíos, Harry y Meghan continúan comprometidos con sus iniciativas benéficas. Resolver los problemas financieros y legales de Archewell es crucial para su supervivencia. La fundación no solo necesita regularizar su estatus para seguir operando, sino también abordar la percepción pública sobre su gestión y los elevados gastos personales de Meghan.

Los desafíos que enfrentan Harry y Meghan son complejos y requieren una gestión cuidadosa. Resolver los problemas de Archewell dependerá de su capacidad para manejar tanto los aspectos administrativos como los financieros. Encontrar un equilibrio entre sus ambiciones benéficas y sus gastos personales será crucial para restaurar la confianza en su trabajo filantrópico y asegurar la sostenibilidad de su fundación.