El príncipe Guillermo de Inglaterra celebró su 42 cumpleaños el pasado 21 de junio, pero la ocasión estuvo marcada por una notable ausencia de felicitaciones. En un momento crítico para la familia real, ni Meghan Markle ni el príncipe Harry se tomaron el tiempo de enviar un mensaje, dejando en evidencia una vez más el abismo que separa a los hermanos.
El príncipe de Gales, abrumado por sus responsabilidades al frente de la Corona británica debido a la baja por cáncer de su padre, el rey Carlos III, y de su esposa, Kate Middleton, enfrenta uno de los años más difíciles de su vida. Sin embargo, a pesar de la gravedad de la situación, Harry y Meghan permanecen en silencio, siguiendo su patrón habitual desde que renunciaron a sus deberes reales.
Este desaire no pasó desapercibido. La decisión de los Sussex de no felicitar a Guillermo subraya su renuencia a enterrar el hacha de guerra, incluso en momentos de extrema dificultad para los Windsor. La falta de comunicación y apoyo en un momento tan delicado ha dejado a muchos preguntándose si alguna vez será posible una reconciliación entre los hermanos.
Una fiesta íntima en medio de la tormenta familiar
A pesar de las dificultades en el seno familiar, el príncipe Guillermo logró disfrutar de una celebración privada y discreta en compañía de su esposa e hijos. Como broche final de la jornada, él y sus tres pequeños acudieron al estadio de Wembley para presenciar en vivo el espectáculo de Taylor Swift. Mientras tanto, Kate permaneció en el hogar, continuando con su proceso de recuperación. Sin embargo, este interludio de alegría es apenas un respiro en el maratón de desafíos que enfrenta el heredero al trono británico.
Sus amigos, actuando como cronistas no oficiales, han pintado un cuadro digno de una tragedia shakespeariana del último año de Guillermo. En una charla con Richard Kay del 'Daily Mail', describieron los últimos doce meses como “un año horrible”, una auténtica montaña rusa emocional, con las enfermedades de su padre y esposa poniéndolo a prueba. No obstante, sus allegados aseguran que estos desafíos, en lugar de doblegarlo, han forjado su carácter y han fortalecido su resiliencia, una cualidad que Guillermo ha demostrado tener en abundancia.
El distanciamiento irreversible entre Guillermo y Harry
Por otra parte, el distanciamiento entre Guillermo y Harry parece ser irreversible. Amigos cercanos al príncipe han afirmado que él ha "pasado página" y no tiene interés en reconciliarse con su hermano menor. La confianza entre ellos se ha evaporado y, aunque podría haber un intento superficial de reconciliación en el futuro, nunca será lo mismo.
En medio de estos desafíos, el príncipe Guillermo sigue adelante, tratando de mantener la estabilidad en su vida personal y cumplir con sus deberes reales. Pero el silencio de Harry y Meghan en su cumpleaños subraya una verdad incómoda: la fractura en la familia real británica es más profunda de lo que muchos podrían haber imaginado. Mientras Guillermo enfrenta el peso de sus responsabilidades y el dolor de ver a sus seres queridos enfermos, la ausencia de apoyo de su hermano solo agrava una herida que puede que nunca sane del todo.