Meghan Markle, la duquesa de Sussex, vuelve a ser protagonista de una controversia que ha captado la atención de los medios internacionales. Según un artículo publicado por El Economista, la exactriz estadounidense se vio envuelta en un enfrentamiento con un jardinero del Palacio de Buckingham, situación que escaló hasta requerir la intervención directa de la reina Isabel II. El incidente ocurrió durante los preparativos de la boda real entre Meghan y el príncipe Harry en mayo de 2018. Según fuentes cercanas al palacio, Meghan expresó su descontento por el estado del jardín donde se llevaría a cabo una sesión fotográfica previa a la ceremonia. La duquesa, conocida por su perfeccionismo, habría criticado duramente al jardinero responsable del mantenimiento del área, lo que generó un ambiente tenso entre el personal.
La situación llegó a oídos de la reina Isabel II, quien, preocupada por el bienestar de su equipo y el ambiente en el palacio, decidió intervenir personalmente. La monarca convocó a Meghan para una conversación privada en la que le recordó la importancia de tratar al personal con respeto y cortesía, independientemente de las circunstancias. Este gesto de la reina fue interpretado como un intento de mantener la armonía dentro de la familia real y preservar la reputación de la institución.
Meghan siempre tuvo problemas con la familia Real
Este no fue el único desencuentro entre Meghan y la reina Isabel II en torno a los preparativos de la boda. Uno de los episodios más comentados fue la elección de la tiara que Meghan luciría en la ceremonia. Según relata el biógrafo Andrew Morton en su libro Meghan, una princesa de Hollywood, Meghan deseaba usar una tiara específica del joyero real, pero la reina, preocupada por la procedencia de la joya, negó la solicitud. La situación se tornó tensa cuando el príncipe Harry intervino en defensa de su prometida, lo que llevó a la reina a afirmar con firmeza: "Meghan se pondrá la tiara que yo le dé".
Otro punto de fricción fue la elección del vestido de novia. Meghan optó por un diseño blanco de Givenchy, lo que generó críticas dentro de la familia real debido a que, según la tradición, el color blanco simboliza la pureza y suele reservarse para novias que contraen matrimonio por primera vez. Lady Elizabeth Anson, prima de la reina, comentó que la monarca consideró que el vestido era "demasiado blanco" para alguien que se casaba por segunda vez.
La relación entre Meghan y la familia real continuó deteriorándose
Estos incidentes reflejan las tensiones existentes entre Meghan Markle y ciertos miembros de la familia real británica. A pesar de los esfuerzos de la reina Isabel II por integrar a Meghan en la institución, las diferencias culturales y de protocolo parecieron ser obstáculos difíciles de superar. La relación entre Meghan y la familia real continuó deteriorándose, culminando en la decisión de los duques de Sussex de retirarse de sus funciones reales y establecerse en Estados Unidos.
Este nuevo episodio pone de manifiesto las complejidades de la vida en la realeza y cómo las diferencias personales pueden influir en la dinámica de una institución con siglos de historia. A medida que surgen más detalles sobre los desafíos que enfrentó Meghan Markle durante su tiempo en la familia real, el público continúa debatiendo sobre las implicaciones de estos eventos y el futuro de la monarquía británica.