El 8 de enero de 2020 es una fecha que está marcada en rojo en el calendario royal. Ese día, el príncipe Harry y Meghan Markle anunciaron a través de las redes sociales su decisión de distanciarse de la Familia Real, dejando atónitos a Buckingham y a los demás miembros de la familia Windsor, quienes no tenían conocimiento de los planes de los Sussex. Tras abandonar el Reino Unido, Meghan y Harry se establecieron primero en Canadá y luego en Estados Unidos, donde han residido durante los últimos tres años.

Después de refugiarse en la residencia del actor Tyler Perry en Los Ángeles, la pareja finalmente se estableció en una lujosa mansión en Montecito, California, con la esperanza de convertirla en su santuario personal. Sin embargo, este plan no ha resultado como esperaban. Recientemente, Meghan Markle ha estado en la búsqueda de un nuevo hogar en el corazón de la industria del entretenimiento: Los Ángeles. La ex actriz de 'Suits' tiene la intención de relanzar su carrera en Hollywood, y esto se dificulta al vivir a más de una hora y media de la ciudad. Por ello, desde hace varias semanas,  Meghan se ha hospedado en el Beverly Hills Hotel, separada de su esposo y de sus dos hijos, Archie y Lilibet.

Aunque esta decisión podría interpretarse como un movimiento estratégico para conectarse con personas influyentes en la industria, lo cierto es que también sirve como una vía de escape para la duquesa de Sussex, quien no está atravesando un buen momento en su relación con Harry. La pareja rara vez coincide en su residencia en Montecito y cuando lo hacen, la interacción entre ellos es mínima.

Harry y Meghan cambian su residencia para salvar su imagen y carrera

Sin embargo, esta percepción de distanciamiento entre el príncipe Harry y Meghan Markle podría ser perjudicial para su imagen pública. Considerando que los Sussex han convertido su unión en una marca lucrativa, vivir separados podría tener un impacto negativo en sus finanzas y en posibles contratos futuros. Por esta razón, se especula que Harry y Meghan podrían estar buscando una nueva residencia en Los Ángeles, específicamente en Malibú, con el objetivo de disipar los rumores de crisis en su relación y poder relacionarse con los matrimonios de celebridades más influyentes que residen en esa área. Además, esta mudanza los alejaría de sus vecinos en Montecito, quienes han mostrado intolerancia hacia ellos debido a los constantes escándalos, discusiones y la presencia constante de paparazzi en el vecindario en busca de fotografías.

Los Sussex descartan propiedad en Malibú ante atención de los paparazzi

De hecho, hace dos meses, la pareja fue vista en un terreno en Malibú valorado en ocho millones de dólares, lo que atrajo la atención de los paparazzi una vez que se filtró la noticia y la ubicación. Sin embargo, esto generó preocupación en Harry y Meghan, que en esta nueva etapa de sus vidas están en busca de mayor seguridad y privacidad. Por esta razón, descartaron esa propiedad y continúan en la búsqueda de su nuevo hogar.