La ya tensa relación entre Meghan Markle y la familia real británica ha alcanzado un nuevo punto crítico. En un momento en el que el rey Carlos III enfrenta una grave enfermedad, una de sus últimas voluntades antes de morir es poder compartir tiempo con sus nietos, Archie y Lilibet. Sin embargo, Meghan ha decidido negarle este deseo, manteniendo a los pequeños alejados de su abuelo y del resto de los Windsor.

Desde que los duques de Sussex, abandonaron la familia real en 2020, Meghan ha tomado una postura inflexible con respecto a cualquier acercamiento entre sus hijos y la realeza. Ha impuesto restricciones severas para evitar cualquier contacto con Carlos III, así como con el príncipe Guillermo y Kate Middleton. Su argumento principal es que quiere proteger a sus hijos de un entorno que considera tóxico y lleno de disputas familiares.

Guillermo y Harry en Balmoral acompañados de Kate Middleton y Meghan Markle
Guillermo y Harry en Balmoral acompañados de Kate Middleton y Meghan Markle

El último deseo de Carlos III tiene que ver con los hijos de Meghan Markle

El cáncer que aqueja al rey de Inglaterra ha generado preocupación en la monarquía y ha reabierto heridas familiares. Según fuentes cercanas al Palacio de Buckingham, el monarca ha expresado en privado su deseo de reencontrarse con Archie y Lilibet antes de que su salud empeore. Sin embargo, este pedido ha sido rechazado por Meghan, quien sigue firme en su postura de mantener la distancia.

Este rechazo ha causado una gran controversia, especialmente porque se trata de una situación delicada. Para muchos, negar a un abuelo enfermo la oportunidad de ver a sus nietos es una decisión cruel, que solo profundiza la brecha entre los duques de Sussex y la familia real. Incluso algunas voces dentro del círculo cercano de Harry han manifestado su desacuerdo con la actitud de su esposa.

Archie y Lilibet
Archie y Lilibet

Rumores de crisis en los Sussex

La negativa de Meghan no solo ha afectado la relación con la Corona, sino que también ha avivado los rumores sobre una posible crisis matrimonial entre ella y Harry. Se dice que el príncipe está atrapado entre el deseo de respetar la decisión de su esposa y la necesidad de honrar la última voluntad de su padre.

Además, los problemas financieros de la pareja han agregado más tensión a su relación. La vida de lujo a la que estaban acostumbrados en California ha sido difícil de sostener, especialmente después de la pérdida de contratos importantes. Este contexto ha hecho que muchos analistas vean la situación de los Sussex como cada vez más frágil.

Para Meghan Markle, proteger a sus hijos significa mantenerlos alejados de la familia real británica, incluso si eso implica negar a Carlos III su última voluntad. La posibilidad de un acercamiento parece cada vez más lejana, y con el tiempo en contra del rey, el distanciamiento entre los Sussex y la monarquía podría volverse definitivo.