Desde temprana edad, Meghan Markle dejó claro que sus ambiciones iban mucho más allá de una vida ordinaria. Criada en Los Ángeles y educada en instituciones de prestigio como la escuela secundaria católica Immaculate Heart, soñaba con alcanzar la fama y una posición destacada en el mundo. Una carta que escribió a los 11 años, en la que aseguraba que sería "rica y famosa", reflejaba no solo su determinación, sino también su deseo de reconocimiento mundial.

Su padre, Thomas Markle, tuvo un papel clave en su desarrollo artístico. Como director de fotografía en Hollywood, le ofreció una ventana privilegiada al mundo del espectáculo, llevándola a eventos como los premios Emmy cuando apenas tenía 17 años. En esa ocasión, Meghan le confesó: "Papá, quiero ser famosa como tú algún día". Thomas invirtió en su educación en escuelas privadas costosas y en sesiones de fotografía profesional para apoyar sus sueños, pero incluso con ese respaldo, sus primeros pasos en Hollywood estuvieron marcados por rechazos y desilusiones.

Meghan Markle da rienda suelta a su faceta artística desde niña

En su época escolar, Meghan destacó por su carisma y talento en el teatro, aunque su fuerte ambición a menudo generaba tensiones. Fue coronada reina del baile en 1998 y participaba activamente en las producciones teatrales, pero sus decisiones revelaban un enfoque calculador. En 1999, eligió asistir a un retiro escolar en lugar de asumir el papel principal en un musical, lo que generó conflictos con su profesora de teatro. Este episodio demostró que su prioridad no siempre era el arte, sino su proyección personal.

Meghan Markle y el príncipe Harry
Meghan Markle y el príncipe Harry

Tras graduarse de la Universidad Northwestern, Meghan regresó a Los Ángeles con la intención de conquistar Hollywood. A pesar de los esfuerzos de su padre para impulsarla, el éxito no llegó de inmediato. Su gran oportunidad llegó con el papel de Rachel Zane en la serie Suits, pero incluso este logro, aunque importante, no era suficiente para cumplir con sus aspiraciones. Su relación con el príncipe Harry, iniciada años después, fue el catalizador que la colocó en el centro de la atención mundial.

Muchos consideran que Meghan siempre buscó un camino hacia una vida de lujo y estatus, algo que el matrimonio con Harry pareció garantizarle. Su transición fuera de la Familia Real, conocida como "Megxit", reflejó no solo una ruptura con las tradiciones, sino también su deseo de forjar su propia marca en el ámbito público. Desde entonces, Meghan ha diversificado sus proyectos, incluyendo podcasts y colaboraciones con Netflix, aunque su figura sigue siendo objeto de controversia.

Thomas Markle/ Agencia
Thomas Markle/ Agencia

Meghan Markle rompe con su padre

La relación con su padre se deterioró significativamente en los años previos a su boda con Harry en 2018. Thomas, quien organizó fotos con paparazzi antes del evento, fue señalado por Meghan y Harry como una fuente de traición. Este episodio marcó una ruptura definitiva en su vínculo, con Thomas acusándola públicamente de ser alguien obsesionada con ser "la estrella de todo".

Hoy, Meghan Markle sigue siendo una figura admirada por algunos y criticada por otros. Su trayectoria, desde los escenarios escolares hasta la realeza y su vida actual en California, es un testimonio de una ambición que no conoce límites. Para ella, alcanzar sus objetivos no ha sido solo una meta, sino un estilo de vida donde las relaciones, las oportunidades y la fama son herramientas esenciales para lograr el éxito que siempre soñó.