Tanto como Victoria Federica persigue las luces, los focos y las cámaras de todos los 'photocalls' de dentro y fuera del Estado español, parece que el conflicto público la persigue a ella. Si bien ya hace un tiempo que decidió emprender un nuevo camino profesional alejada de la sangre azul y mucho más cerca del mundo de los 'influencers', las cosas tampoco le acaban de ir del todo bien a la hermana de Froilán en esta nueva etapa. Y no porque le fallen las colaboraciones o las propuestas, porque es evidente que un perfil como el suyo es de los más deseados por las marcas a pesar de estar estancada cerca de los 260.000 seguidores, sino por las polémicas que protagoniza.
La última de sus brutales encontronazos con la prensa no ha pasado nada inadvertida y el programa Socialité se hacía eco el pasado fin de semana. La sobrina de Felipe VI, tildada de altiva por el modelo Javier Esdo, que después de coincidir con ella en un evento donde sus formas con una fotógrafa dejaron bastante que desear, decidió hacerlo público. "Se ha tenido que ir al baño llorando con un ataque de ansiedad por cómo la ha tratado, con un aire de desprecio y superioridad. Así no se trata a las personas, es vergonzosa la actitud de Victoria Federica", sentenciaba el joven en un escrito donde interpelaba directamente a la hija de la infanta Elena asegurando que "das mucha pena, no sé cómo te siguen llamando para ir a eventos". Ay ay ay.
Un relato que poco sorprende viniendo de ella, pero que ha intranquilizado a su entorno, que vela para que la imagen de Vickyfede no se vea manchada por su manera de humillar a las personas que trabajan con ella. Una de las personas que ha salido en su defensa desde el principio ha sido la actriz Carlota Boza, a quien conocemos por un papel minúsculo en La que se avecina. Eso y poco más, por no decir nada más. Ningún problema, ya que, como su amiga de la infancia, también se ha reconvertido en una más en la lista de los que sacan rédito económico de ser un rostro conocido en la red.
En primera instancia, Boza también dejaba mucho que desear hablando con el espacio de María Patiño que daba la noticia, aseverando que ella entiende "que te dé un ataque de ansiedad si te habla mal alguien a quien quieres, pero que te pongas así por alguien que no conoces no lo comprendo". Ridiculiza a la fotógrafa y desprecia su sentimiento después de que su amiguita le hiciera pasar tan horroroso rato.
Con todo, la cosa no ha quedado aquí. Boza apuesta por seguir hablando del tema y dar vergüencita de la buena. Días más tarde, dice que Vicmabor es "demasiado educada". Que el problema no es suyo, sino de personas que "son demasiado sensibles o se hacen demasiado sensibles. Si yo me hubiera puesto a llorar cada vez que alguien de la industria o en el mundo en el que me muevo me ha tratado mal, o no de la forma tan educada como yo hubiera querido, no estaríamos aquí". Se extrae de la lógica de Carlota que te tienes que dejar pisar para escalar posiciones. Que si no te maltratan y te hacen pasar por episodios tan delicados como una crisis de ansiedad, difícilmente llegarás a posiciones como la suya. Queda claro.
Y es que quién no querría estar en una posición como la suya. Opinando sin mucho fundamento y aleccionando sobre cómo funcionan las cosas en una industria que te ha regalado... ¿un papel de éxito? No seremos nosotros quien reste validez al argumento. Solo advertimos que, quizás, mejor cogerlo con pinzas.