La infanta Cristina ha intentado alejar a sus hijos del foco mediático cuando eran menores con la única intención de hacer creer a los ciudadanos que eran ejemplares. Sin embargo, son Borbón. Y no son muy diferentes a los hijos de la infanta Elena. Ahora se podido comprobar que ninguno de ellos son buenos estudiantes. Miguel e Irene Urdangarin se han alojado en Zarzuela estos últimos meses al tomarse un tiempo sabático. Y justo se han enamorado en Madrid. La benjamina ha iniciado una relación con alguien muy conocido por la familia, Juan Urquijo, mientras que el joven mantiene una relación con una estudiante venezolana a la que conoció en Suiza.
Felipe VI y Letizia están muy enfadados con los hijos de la infanta Cristina. Se han tomado demasiadas confianzas y se piensan que Zarzuela también es su casa. Han puesto en peligro en varias ocasiones la seguridad de los miembros de Casa Real. El rey muy enfadado les ha querido dejar claro que “esto no es un hotel”. A finales de julio volarán a Palma de Mallorca, como todos los años, y en ese momento les quieren fuera de palacio.
Miguel Urdangarin invita a amigas a Zarzuela
La más joven de la familia permanecerá en Madrid hasta septiembre, cuando se espera que viaje al Reino Unido para comenzar sus estudios universitarios. Por otro lado, Miguel está de baja por tiempo indefinido. Estaba preparándose para un curso de entrenador de esquí, pero una lesión le obligó a desistir. No podrá intentarlo de nuevo hasta el próximo año, aunque parece que sus planes han cambiado.
Miguel Urdangarin puede parecer el hijo bueno de la familia, pero es tan rebelde como el resto de sus hermanos y primos. Ha hecho de Zarzuela su hogar, trayendo amigos y amigas casi todos los días para evitar el aburrimiento. Letizia discute con Felipe porque Zarzuela debe ser un lugar seguro, y no puede permitir que cualquiera entre y salga cuando quiera.
Esto también habría desatado los celos de Olympia, ya que Miguel tiene muchas amigas. En Casa Real están muy intranquilos y cansados. Le piden por favor que modere su comportamiento, no más visitas en Zarzuela a excepción de su pareja, a la que como a todas las visitas se le pide que acuda con cita y sin móvil para evitar que haga fotografías del interior y éstas se filtren a la prensa. O eso ya no pueden contar las horas para irse.