Iñaki Urdangarin está viviendo el primer verano del resto de su vida. Sobre todo porque todo apunta a que firmará definitivamente el acuerdo de divorcio de Cristina de Borbón en septiembre. Será el colofón al gran escándalo de faldas del universo real durante este 2022: la aventura del vasco con Ainhoa Armentia, excompañera de trabajo en Vitoria-Gasteiz. Aquellas fotos de 'Lecturas' detonaron una bomba que sólo los más avispados presagiaban, como la cronista real catalana Pilar Eyre: el matrimonio estaba muerto. El elefante en la habitación, de repente, se hacía visible a ojos de todo el mundo. La primera, la infanta. Y la hermana de Felipe VI tuvo que decir hasta aquí. Basta. Adiós. Ahora Iñaki es virtualmente un padre soltero, y sus vacaciones lo corroboran: ha pasado unos días en Formentera con dos de sus hijos: Pablo y Miguel.
Ver a Pablo junto a su progenitor no es extraño. De hecho desde que estallara el caso de infidelidad, el jugador de balonmano del Barça (como el propio Iñaki) ha estado muy presente. El joven de 21 años hizo de portavoz familiar a las pocas horas de la publicación de las fotografías, y sus intervenciones públicas le ocasionaron un problema con su madre, que sentía que se ponía de parte del verdugo y no de la víctima. Con las aguas más calmadas, la relación con Armentia en punto muerto (o muy muerto) y el objetivo de volver a dedicarse al deporte profesional, los encuentros públicos de Iñaki y Pablo han sido habituales. Y en clave Barça.
Pablo Urdangarin ha acabado la temporada en el Barça y disfruta del sol y la playa
Acabada la temporada deportiva, Pablo ha activado el modo verano. Lo que le corresponde a un joven de su edad, vaya. Lo vimos en la playa de Castelldefels con su grupo de amigos a principios de junio, luciendo palmito y cuerpo de atleta. Una escena que se ha repetido estos días en la preciosa isla balear, en este caso en compañía familiar: su padre Iñaki y su hermano pequeño Miguel. Todos ellos sin camiseta, remojándose, haciéndose confidencias, que no serán pocas teniendo en cuenta el complicado año que han vivido todos ellos. De estas imágenes de 'Lecturas' lo que más sorprende es precisamente la presencia de Miguel, de 20 años y que estudia en Londres. Es el menos popular porque vive fuera de España y los líos familiares le pillan lejos, como a Errejón.
Las diferencias entre Iñaki, Pablo y Miguel Urdangarin son obvias
La estampa destaca por una obviedad: los genes de Iñaki se han transmitido a la perfección en el apartado anatómico hacia Pablo, pero en el caso de Miguel la herencia debe ser otra: el color del pelo, por ejemplo. Al chico lo conocen como "el listo de la familia", que no el atlético. Es normal: el balonmano es un deporte muy físico, en el que te enfrentas a verdaderas torres en defensa y a torpedos en ataque. Tienes que estar muy fuerte para hacerles frente. En cambio, estudiar, aprender y trabajar el cerebro también puede ser considerado como un ejercicio muy saludable, pero entra dentro de la categoría 'sedentarismo'. Es decir, que no se refleja demasiado cuándo te miras al espejo. Pasen, comparen, y tal.
Que nadie se moleste: siempre estaremos a favor del trabajo intelectual. Sólo constatamos una realidad que salta a la vista. Unos son fuertes en cuanto a músculos, y otros con respecto a la mente. Lo dejaremos en empate técnico.