La infanta Cristina se lleva las manos a la cabeza. Este último año sus hijos le están dando demasiados quebraderos de cabeza. Siempre ha querido mostrarles cómo unos jóvenes responsables y estudiosos, pero la realidad es muy distinta. Hasta que no cumplieron la mayoría de edad siempre los mantuvo alejados del foco mediático. Vivieron en Washington y Ginebra, pero cuando llegaron a España se pusieron de nuevo en el huracán. Estaba todo muy tranquilo, hasta que tres de sus hijos han decidido tomarse un año sabático.
Irene Urdangarin tenía intenciones de estudiar Administración y Dirección Hotelera en la prestigiosa universidad de Lausana, pero no superó las exigentes pruebas de acceso por las que hay que pagar previamente 500 euros. Además, su rendimiento en la escuela mientras estudiaba bachillerato internacional fue muy bajo, algunos profesores recomendaron a la infanta Cristina que su hija repitiese curso. Y es que la ruptura de sus padres le afectó considerablemente. Se vio sin rumbo y decidió cambiar de aires. Cristina pensó que la tendría cuatro años en Ginebra a su lado, pero decidió tomarse un año sabático e instalarse en Madrid, concretamente en el palacio de la Zarzuela.
Miguel Urdangarin vive todavía en Zarzuela con la reina Sofía
Casualmente, Miguel Urdangarin terminó su carrera de Ciencias del Mar en Londres, y después de realizar unos meses de prácticas obligatorias, la empresa no renovó su contrato y acabó en la calle. El joven se marchó a Ginebra en época invernal para formarse como monitor de esquí, pero no consiguió el título porque sufrió una lesión que le apartó hasta su recuperación. Así que decidió irse con su hermana a Madrid.
Allí Miguel e Irene empezaron a salir con su prima Victoria Federica y conocieron a sus respectivas parejas hoy en día, Olympia y Juan Urquijo, respectivamente. Los jóvenes están muy unidos a Madrid y eso es algo que la infanta Cristina no quería, y es que los quiere alejados del foco mediático y siendo personas de provecho.
Este fin de semana Juan Carlos se ha reunido con ellos en Londres para hacerles recapacitar, ya que parece que Irene no está contenta con su carrera en la universidad de Oxford y querría abandonar. Miguel no encuentra trabajo y Cristina le habría pedido ayuda al emérito para alejarle de Zarzuela. Las intenciones del joven es volver a presentarse el próximo año al curso de monitor de esquí cuando se recupere de la lesión.