En el último año, Zarzuela se ha convertido en un ir y venir de los hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin. Pablo Urdangarin, actualmente jugando en el BM Granollers, es el único que se ha quedado en viviendo en su casa en Barcelona. El resto, Juan, Miguel e Irene, han establecido durante algunos meses su residencia en palacio, en los dominios de la reina Sofía.

La primera en llegar fue Irene. La joven, que tuvo dificultades para superar el bachillerato en Ginebra y fracasó en su intento de ingresar en la Universidad de Lausana en septiembre de 2023, decidió volver a España, instalarse en Zarzuela y tomarse un año sabático. Durante ese tiempo, su única actividad significativa fue un voluntariado de tres meses en Camboya, pero, en general, su vida estuvo marcada por el ocio y la falta de objetivos claros.

Irene Urdangarin en Camboya

Irene, Juan y Miguel Urdangarin, a cuerpo de rey en Zarzuela

De hecho, ni siquiera se sacó el carnet de conducir, que era el pretexto bajo el que se instaló en Madrid. Además, su voluntariado fue de lo más cómodo, dando paseos en bicicleta y prestando ayuda en tareas muy sencillas, lejos del esfuerzo que suelen requerir este tipo de acciones.

Posteriormente, Miguel se sumó a los planes sabáticos de Irene. El joven sufrió una lesión mientras se preparaba para ser monitor de esquí y decidió llevar a cabo su recuperación en la capital, estableciendo también su residencia en palacio.

El último en llegar fue Juan Urdangarin. Tras algunas tensiones sufridas con su compañero de piso en Londres y amigo íntimo, Juan decidió tomar distancia de forma temporal, encontrando en Zarzuela el mejor refugio.

Juan Urdangarin y su amigo GTRES

Miguel Urdangarin tiene problemas de líquido para disfrutar de las bondades de Madrid

La invasión de los Urdangarin empezó a suavizarse cuando Irene decidió retomar sus estudios, bajo la presión de la infanta Cristina, y se marchó a Oxford a estudiar. Le siguió Juan, que limó asperezas con su amigo especial y recuperó su vida en Londres.

Miguel Urdangarin

Miguel, sin embargo, eligió quedarse. Sin trabajo, el joven recibe una paga de su madre. Este dinero, sin embargo, empieza a ser insuficiente. Miguel se encuentra mejor y su vida social ha aumentado, y necesita más de lo que recibe todos los meses para poder llevar a cabo su disfrute personal. Ante esta situación, ha pedido a su madre un aumento de esa paga que le permita seguir disfrutando de los entretenimientos y planes que ofrece la capital.