La familia real española enfrenta un nuevo problema con uno de sus miembros más jóvenes. Tras años en los que Froilán y Victoria Federica acaparaban titulares por su comportamiento controvertido, parece que ahora es el turno de Miguel Urdangarin, quien se perfila como la nueva oveja negra del clan Borbón.
El joven, de 22 años, parecía tener un futuro prometedor tras completar sus estudios de Ciencias del Mar en Londres. Sin embargo, la realidad ha sido bien distinta. Después de realizar unas prácticas que no acabaron en contrato, Miguel ha optado por un estilo de vida que dista mucho de lo que se esperaba de él. Actualmente, ni trabaja ni estudia, y su día a día se centra más en viajes constantes entre Madrid y Londres, donde reside oficialmente.
Miguel Urdangarin se pierde por el camino
El detonante de su situación actual fue una lesión que sufrió mientras entrenaba para ser monitor de esquí. Esta circunstancia lo obligó a abandonar temporalmente su formación, pero, en lugar de buscar alternativas para su futuro, optó por instalarse en Zarzuela durante su recuperación. Su hermana Irene Urdangarin ya había tomado una decisión similar poco antes, cuando decidió tomarse un año sabático tras no superar las pruebas de acceso a la universidad de Lausana.
La presencia de ambos en Zarzuela no fue bien recibida por Felipe VI y Letizia, quienes dejaron claro que no querían a los Urdangarin viviendo en Palacio. La principal preocupación de los reyes era que la continua entrada y salida de jóvenes por la residencia real suponía un riesgo en términos de seguridad y privacidad. Ante esta situación, Miguel e Irene optaron por mudarse a Reino Unido, donde ya residía su hermano Juan Urdangarin.
Advertencia desde la casa real
Pero Miguel no ha conseguido encauzar su vida en Londres. En lugar de enfocarse en su carrera profesional, ha convertido Madrid en su destino recurrente debido a su relación con Olympia Beracasa, una joven con la que mantiene un romance desde hace más de un año. Ambos pertenecen a un exclusivo círculo social, y las noches madrileñas se han convertido en su rutina habitual. Testigos aseguran que es fácil verlos en locales de lujo hasta altas horas de la madrugada, algo que ya ha generado preocupación en Casa Real.
Los rumores sobre su comportamiento han llegado hasta el rey Felipe VI, quien ya ha tenido una conversación con la infanta Cristina para pedirle que tome medidas antes de que la situación se descontrole. La monarquía no puede permitirse otro escándalo similar al que protagonizaron en su momento Froilán y Victoria Federica. La imagen de la corona está por encima de cualquier miembro de la familia, y lo último que desean en Zarzuela es que Miguel termine convirtiéndose en un problema mediático.