Pocas cosas tienen más tufo de naftalina en España que la ceremonia que se vio el sábado pasado en palacio. Los Borbones, muy amigos de las costumbres marciales y de sacar a relucir el vestidito de soldadito español y quitarle el polvo a las medallas (tanto antes Juan Carlos, como después Felipe como ahora Leonor), tienen marcado en rojo una fecha, la Pascua Militar, como la que se celebró el fin de semana. Según la Casa Real, "la celebración de la Pascua Militar constituye un solemne acto castrense con el que se inicia el año militar. En dicho acto se realiza un balance de las vicisitudes del año anterior y se marcan las líneas de acción que se desarrollarán en el siguiente. Además, se imponen condecoraciones militares a aquellos civiles y miembros de las Fuerzas Armadas que se han hecho acreedores de ellas durante el año vencido"... Chim pum. Solo falta la cabra.
Un acontecimiento cargado de la solemnidad rancia que siempre se respira en Zarzuela, donde el protocolo, sin embargo, mostró una imagen poco habitual. Coincidiendo con la presencia por primera vez de la princesa Leonor, con su uniforme de cadete de la academia militar de Zaragoza, hubo un cambio notable en el formato del acto. Y es que como destaca Monarquía Confidencial, los invitados no permanecieron de pie en el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid, sino que al llegar se encontraron muchas hileras de sillas, las que suelen poner para las comidas y cenas: "Las decenas de generales y militares de distintas escalas, y otras autoridades, permanecieron sentados mientras Felipe VI imponía cruces a algunos militares condecorados con ocasión de la Pascua Militar".
Muchos militares sentados durante los discursos también de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y de Felipe, y que se levantaron cuando el monarca acabó de pronunciar su discurso y lanzó un "viva España". En años anteriores, todos los militares permanecían de pie, pero no este 2024. Una decisión muy comentada por los altos mandos militares, ellos que son tan amantes de la tradición. El más beligerante, un general de división retirado, Rafael Dávila, exayudante de campo del rey Juan Carlos, que en su blog titula "Pascua Militar: ¡Firmas pero sentados!" con sarcasmo, y que lamenta lo que se vio: "Permanezcan sentados: esa parece ser la nueva postura militar", criticando una Pascua Militar que “no ha estado bajo mi punto de vista a la altura de los acontecimientos propios de la situación de inestabilidad dentro y fuera de España. Ni en las formas -cada vez más descuidadas- ni en los fondos”.
Según el medio, otros militares también están indignados por la imagen, "no está bien visto este formato sentado. En las Fuerzas Armadas, las formas son importantes y en los actos castrenses se suele intentar proyectar una imagen, entre el personal, de fortaleza, resistencia, incluso capacidad de sufrimiento". Entre los militares no convencen algunas justificaciones como que en alguna otra Pascua Militar se produjo algún desmayo al estar tanto rato de pie. También hay quien critica que al poner sillas, el número de invitados que caben es menor que los que caben de pie... Quién sabe, quizás otros militares están cansados. Y los que están cansados de actos anacrónicos como estos son los ciudadanos.