No es que sea precisamente ningún secreto que no son precisamente pocos, sobre todo los mayores defensores de Juan Carlos I en España, los que aseguran que la figura del hoy emérito fue clave para que nuestro país dejara atrás la dictadura de Francisco Franco y abrazara la democracia, siendo especialmente relevante el papel del emérito durante el Golpe de Estado de 1981.

Sin embargo, tampoco son pocos los que aseguran que, por mucho que Juan Carlos I haya defendido durante mucho tiempo la democracia, estuvo varios años siendo el tutelado de Franco consciente de que era él el elegido por el dictador para continuar al frente del país una vez llegada su muerte.

Una época, los últimos años de Franco, en la que Juan Carlos I no contaba precisamente con la fortuna con la que cuenta hoy en día. “Dinero, lo que se dice dinero, en la vida de Don Juan Carlos nunca lo ha habido hasta 1973. ¿De qué vivían? De la asignación del Estado como Príncipe heredero de Franco y de los dineros de la dote que Doña Sofía recibió del Gobierno griego cuando se casó”, apuntó hace ya un tiempo Jaime Peñafiel al respecto.

Las comisiones por el petróleo, el inicio de la fortuna del emérito

Pero todo cambió en 1973 tal y como apunta Peñafiel: “En 1973 se produce la gran crisis del petróleo. Franco, conocedor de las buenas relaciones que el Príncipe Juan Carlos tiene con las monarquías del Golfo, le pide que hiciera gestiones ante el rey Faisal bin Abdulaziz y el soberano saudí le prometió que a España no le faltaría nunca petróleo. En agradecimiento, Franco autorizó a Don Juan Carlos a recibir una comisión de unos céntimos por cada barril de crudo procedente de Arabia Saudí. Era la primera vez que cobraba una comisión”.

Un trato que convirtió en millonario a Juan Carlos I y que, por mucho que fuera orquestado en su momento por los ministros de la última etapa de la dictadura, tuvo continuidad en el tiempo, hasta 1996, como apunta el cronista real: “Este acuerdo, o prebenda, lo respetaron Adolfo Suárez y Felipe González”, apuntó Peñafiel.

Teniendo en cuenta que parece ser que la fortuna estimada actual del emérito es de unos 2.000 millones de euros, es evidente que ese primer trato no fue uno de los muchos que logró durante muchos años al frente de la monarquía española.