Las casualidades son bromas del destino: el viernes más importante de la Corona, el de la puesta de largo de Leonor, coincidió no solo con una manifestación masiva de independentistas sino con un estreno en los cines: Maléfica. La película de la bruja mala de Walt Disney. A la misma hora otra reina, Letizia, se veía relegada por primera vez a un segundo plano por su hija. En el acto todas las miradas fueron para Leonor. Y Letizia, en un momento de la ceremonia, ve que se ilumina la luz roja de su cámara, sonríe mirando a cámara y hace esto:

¿A quién mira Letizia? ¿A quién le dedica el gesto que causa terror? ¿A los manifestantes indepes? Un rictus terrible de la reina, con mirada fija y extraña, medio perdida medio ida. Al día siguiente Jaime Peñafiel escribe en el digital LOC: "Letizia puede cambiar en un segundo si alguien o algo le disgusta. La sonrisa expansiva y espontánea que puede maliciosamente brillar sobre su restaurado rostro es tan cálida como gélida". Los tuiteros van más allá. Letizia es el Joker:

EFE

Letizia abraza a su hija para felicitarla. Los amantes de las tramas truculentas pensarán qué le dijo al oído al abrazarla: "Paciencia, querida. Aún te quedan años para ser la reina tú".