Juan Carlos cumple 3 años exiliado en Abu Dhabi y su mujer, la reina Sofía, no ha cogido nunca ni un avión para ver a su marido, decrépito, a las postrimerías y que puede dar un susto en cualquier momento. Elena y Cristina, y todos los nietos Urdangarin y Marichalar han visitado al abuelo emérito en el Golfo. La razón es sencilla, son sus herederos universales. Felipe dice que renunciará a la herencia económica de su padre en su nombre y en el de Leonor. No quiere que los centenares de millones que acumula Juan Carlos después de años de cobrar comisiones ilegales por ser jefe del Estado salpiquen al actual rey. El daño reputacional ya está hecho. La Corona está manchada, viciada, tambaleante. Por eso Felipe no quiere ver al padre y la madre, que también cobra del erario público, tampoco. Pero la pregunta, después de divorciar a las dos hijas, es clara: ¿por qué los eméritos no se divorcian de una vez?

Juan Carlos y Sofía 2023 GTRES

El diario más serio del kiosco, El País, dedica un artículo ("Juan Carlos y Sofía, tres años separados pero sin divorcio a la vista") a responder esta pregunta. La respuesta es vergonzosa: el dinero.  "Un divorcio real podría hacer aflorar la fortuna que tiene el ex jefe del Estado en el extranjero.  La fortuna del padre de Felipe VI, un patrimonio opaco y de origen incierto, no es pública, aunque los indicios apuntan a que es millonaria. Los planes de boda entre el rey emérito y Larsen nunca prosperaron. Los intereses políticos y económicos podrían haber pesado en la decisión. La tradición borbónica también. La separación sin divorcio es un hábito en la Familia Real española. El dinero y los intereses económicos mantienen unidos a muchos matrimonios de un perfil público tan alto como el de los reyes. Hay personas de la realeza y personas normales que tienen un inmenso patrimonio y llegan a la conclusión de que divorciarse es más perjudicial que no hacerlo y que el reparto les ocasionaría perjuicios". Es así de claro: divorciarse obligaría a hacer recuento del patrimonio personal de Juan Carlos para repartirlo con Sofía y saldría la cifra milmillonaria que esconde Juan Carlos después de décadas cobrando bajo mano.

reina Sofia GTRES

La clave la tiene Sofía. Ella podría pedir el divorcio pero Juan Carlos le tapa la boca con billetes. Quedó acreditado por la justicia que la reina era, con las infantas y los nietos Marichalar, los beneficiarios de las tarjetas black que repartía Juan Carlos para pagar lujos de esta parte de la familia. La nieta Maria Victoria se llegó a pagar una yegua de competición. Sofía calla para mantener el estatus y su parte de la fortuna del rey. Juan Carlos se dedica a comprar a la familia: paga la educación de todos los nietos, paga el divorcio de la infanta Cristina paga la indemnización a Iñaki Urdangarin, paga el silencio de Sofía. El dinero es el cemento que une a esta familia.