Desde su controvertida salida de la familia real británica en 2020, Meghan Markle y el príncipe Harry han encontrado en Montecito, California, un santuario que les ofrece la paz y privacidad que tanto anhelaban. Lejos del escrutinio constante de los medios británicos, la pareja ha establecido un hogar donde pueden criar a sus hijos, Archie y Lilibet, en un entorno tranquilo y seguro. “Me encanta esta etapa de mi vida. Me siento plena, con propósito y disfrutando de las cosas que realmente me hacen feliz”, confesó Meghan en una reciente entrevista. La exactriz, ahora convertida en empresaria y activista, asegura que en Montecito ha logrado equilibrar su vida familiar, profesional y personal de una manera que nunca antes había experimentado.

De hecho, uno de los aspectos que más ha cautivado a Meghan de Montecito es su vibrante escena musical y cultural. La duquesa ha expresado en múltiples ocasiones su amor por la música y cómo esta forma parte integral de su vida diaria. En su nuevo programa de Netflix, With Love, Meghan, se la puede ver hablando sobre cómo la música influye en su estado de ánimo y creatividad. Esta conexión con la cultura local le ha permitido redescubrir pasiones que, según fuentes cercanas, se habían visto relegadas durante su tiempo en el Reino Unido.

Gastronomía y naturaleza: los pilares de la felicidad de la duquesa de Sussex

La proximidad al océano Pacífico ha sido otro factor determinante para que Meghan se resista a abandonar Montecito. Las playas de la zona no solo ofrecen paisajes impresionantes, sino que también brindan un espacio para la reflexión y el bienestar personal. Se ha informado que la duquesa disfruta de largas caminatas por la costa, una rutina que le permite mantenerse conectada con la naturaleza y encontrar equilibrio en su agitada vida.

Esta cercanía al mar es algo que Inglaterra, con su clima más frío y costas menos accesibles, no podía ofrecerle de la misma manera. Pero no solo el entorno natural ha sido clave en su felicidad. La gastronomía también ocupa un lugar especial en su vida. Meghan ha compartido cómo las recetas de su madre, Doria Ragland, han marcado su infancia y ahora las recrea para sus hijos. “Algunas de mis mejores memorias de la infancia están ligadas a la cocina. Ahora intento transmitirles eso a mis hijos”, afirmó.

El apoyo de Harry: un matrimonio fortalecido

En medio de su reinvención, Meghan ha contado con el apoyo incondicional de su esposo, el príncipe Harry. “Mi esposo me conoció cuando estaba en mi mejor momento profesional, y ahora me ve redescubrir eso. Le encanta verme hacer lo que amo”, confesó. La pareja ha logrado consolidar una dinámica basada en el respeto y la colaboración, tanto en su vida personal como en sus proyectos filantrópicos a través de la Fundación Archewell.

Harry, por su parte, ha sido testigo de cómo Meghan Markle ha vuelto a conectar con sus pasiones creativas. “Mi esposo me conoció cuando tenía The Tig, y de nuevo veo esa chispa en sus ojos cuando me ve haciendo lo que hacía cuando nos encontramos por primera vez”, dijo Meghan, asegurando que este resurgir profesional ha fortalecido su relación, devolviendo la energía y la complicidad que caracterizaron los inicios de su historia de amor. Es por este motivo que, por ahora, no tiene planes de abandonar Montecito, el lugar que tanto ama.