La tragedia ha vuelto a golpear a la familia Falcó, en un 2020 donde ya han llorado la muerte de tres miembros. Hace dos meses moría Jaime Hoyos de Carvajal, a los 56 años, marido de Xandra Falcó. Cinco meses atrás, quien perdía la vida a principios de la pandemia era Carlos Falcó, marqués de Griñón, a los 83 años. Y ahora, quien ha muerto es el hermano de este, Fernando, marqués de Cubas, a la edad de 81 años.
El exmarido de Marta Chávarri y Esther Koplowitz llevaba unos días ingresado de gravedad en un hospital de Madrid, y finalmente no ha podido superarlo. Alejado del foco mediático, excepto algunas excepciones yendo a los toros o al Teatro Real, el empresario era amigo íntimo del rey Juan Carlos desde que los dos eran niños. Falcó y el emérito se conocieron en el año 1948, cuando el primero no era marqués y el segundo todavía estaba lejos de ser rey. El Borbón acababa de llegar a España desde Portugal, y se instaló en una finca propiedad del marqués de Urquijo, Las Jarillas. Allí, el padre de Juan Carlos seleccionó a ocho jóvenes para que apoyaran a su hijo y lo ayudaran a adaptarse a la España de posguerra. Entre ellos, Fernando Falcó.
Explica Vanity Fair que "ser parte de las élites les salvaba de una de las realidades de España: comían de cuchara y espaguetis. Lejos de los lujos, pero sin pasar hambre". Desde aquel momento, los dos chicos se hicieron íntimos, una amistad "basada también en el buen comer y beber. El marqués de Cubas y el rey compartían aventuras y manteles". Y más cosas. Juan Carlos se hizo príncipe y tal como recordaba al difunto Falcó en una entrevista hace años, se escapaban juntos "a ligar" aprovechando que el preceptor de Juan Carlos estaba despistado. Incluso, llegaron a huir a la Costa Azul en alguna ocasión. Algunos, sin embargo, ligaban más que otros: "la balanza caía del lado del rey: un rubio, alto y de ojos azules lo tiene más fácil".
Con el tiempo, los dos siguieron compartiendo confidencias, "cacerías y almuerzos con su amigo de la infancia durante muchos años". Falcó consideraba al rey fugado como alguien "indispensable para España". Juan Carlos llora en la distancia.