Estos días, Felipe y Letizia van muy ajetreados preparando las fiestas navideñas. Él, preparando su habitual discurso de Nochebuena, que probablemente, como hace siempre, provocará vergüenza ajena. Ella, preparando la cena de Fin de Año, donde estarán los monarcas, sus hijas y la madre de la asturiana, Paloma Rocasolano. Un menú que la reina ya está confeccionando y que según la revista Lecturas, consistirá en pavo relleno de verduras, salmón ahumado, púdin de marisco, jamón ibérico, foie o angulas, entre otros. De postre, los reyes optarán por algún dulce navideño, fruta y helado con gusto de café, "que es el favorito de la madre de doña Letizia, Paloma Rocasolano". Los Borbones, poniéndose las botas tan felices, aunque en un hogar español no será precisamente el fin de año más alegre de sus vidas.

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Felipe / @CasaReal
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Letizia / @CasaReal

La muerte sobrevuela Zarzuela últimamente. Hace poco supieron del suicidio de un escolta habitual, y ahora se ha sabido de la muerte de otra persona muy habitual de los pasillos de palacio, alguien ligado a los Borbones durante muchas décadas, especialmente al rey Juan Carlos. Porque acaba de saberse la muerte de Santiago Borja, el fotógrafo más fiel del emérito, y autor de uno de los muchos retratos que hay en el archivo de imágenes de la Zarzuela: "la historia de la familia real en las tres últimas décadas no se habría conocido de la misma manera sin sus cámaras", dicen en Vanitatis. Borja era uno de los hombres de confianza de Juan Carlos y fallecía hace unos días, después de cuatro años de enfermedad, que le diagnosticaron justo después de despedirse del palacio real.

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Familia Real, fotografiada por Santiago Borja

Su pérdida se ha sabido ahora, y aunque no se conocen detalles sobre el sepelio o sobre si Casa Real transmitió su pésame a la familia, la mencionada publicación sí que puede confirmar una certeza que deja en muy mal lugar a los reyes españoles: ni Felipe ni Letizia se han acercado al tanatorio, ni que fuera brevemente, a dar su calor a la familia de un fotógrafo que se pasó media vida haciendo visitas y fotos a los Borbones. El fotógrafo trabajó muchos años con Juan Carlos y con los actuales reyes después de la abdicación del primero. Pero se ve que no han podido sacar un momento en sus agendas llenas de compromisos. O quizás es que tenían que encargar la comida de nochevieja. Evidentemente, tampoco se ha presentado Juan Carlos, porque se ve que no le cogía de paso ir al tanatorio desde Abu Dhabi. Un gesto lamentable, un detalle feo con alguien que no ha sido cualquiera en Zarzuela. Solo hay que repasar su currículum: más de tres décadas al lado de Juan Carlos y Sofía, y después Felipe y Letizia, espectador y testigo de algunos momentos representativos de los Borbones de los últimos años: la boda de los príncipes de Asturias, bautizos de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, o la fotografía del primer aniversario de la primogénita, "algo excepcional con la privacidad con la que la familia real suele celebrar esas fechas señaladas"...

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Bautizo de Leonor, fotografiada por Santiago Borja

Y ni una miserable visita al tanatorio o un ramo de pésame. Patético.