A los 94 años, Mohamed Al-Fayed, el anterior dueño de Harrods y el Hotel Ritz de París, ha fallecido. El magnate nos dejó el pasado jueves, 31 de agosto, coincidiendo con el vigésimo sexto aniversario del trágico accidente en el que perdió la vida su hijo Dodi y Diana de Gales, su pareja, mientras huían de los paparazzi.
Durante años, Al-Fayed nunca cesó en su búsqueda de respuestas, insistiendo en que algo más estaba detrás de aquel fatídico suceso. La triste noticia de su fallecimiento la dio a conocer el equipo de fútbol inglés Fulham F.C., del cual también fue propietario. "Todo el mundo se entristeció al enterarse de la muerte de nuestro antiguo propietario y presidente, Mohamed Al-Fayed. Murió en paz y de vejez", anunciaron, aclarando que se trataba de una muerte natural. El club añadía en el comunicado que "disfrutó de una jubilación larga y plena, rodeado de sus seres queridos. Tenemos con él una deuda de gratitud por lo que hizo por nuestro club. Nuestros pensamientos están ahora con su familia y amigos en estos momentos tan sombríos".
De ascendencia egipcia, inició su trayectoria vendiendo bebidas gaseosas y máquinas de coser. Sin embargo, su incursión en el mundo empresarial tomó un rumbo sólido después de su matrimonio con Samira Khashoggi, la hermana del influyente millonario saudí Adnan Khashoggi. Fundó su propia empresa de transporte marítimo y desempeñó el papel de asesor para el sultán de Brunei. Esta carrera fructífera en el mundo de los negocios lo llevó a trasladarse al Reino Unido en 1975, donde se unió a la junta directiva del conglomerado minero Lonrho. Cuatro años después, junto a su hermano, fue cuando adquirió el Hotel Ritz de París, y una década más tarde, se hizo con los emblemáticos almacenes de Harrods en Londres.
Él siempre creyó en una conspiración tras la muerte de Dodi y Diana
Mohamed-Al Fayed será recordado por su incansable búsqueda de la verdad en torno al trágico accidente que segó la vida de su hijo y la princesa Diana. Su estrecho vínculo con ella era innegable, e incluso respaldó varias organizaciones benéficas a las que asistían miembros de la familia real. El magnate siempre mantuvo la firme creencia de que dicho suceso estaba vinculado a un plan urdido por los servicios de seguridad británicos, llegando incluso a acusar directamente a la Casa Real. La falta de pruebas sólidas, la ausencia de grabaciones de seguridad y la incoherencia de los hechos le desconcertaban.
La relación entre Dodi y Diana de Gales dio comienzo en el verano de 1997, cuando él extendió una invitación a Lady Di y a sus hijos para pasar unas vacaciones en su residencia en la Riviera francesa. Su hijo era conocido por financiar producciones cinematográficas, haber tenido un matrimonio breve y organizar suntuosas fiestas. A pesar de que ya se conocían de antes, fue precisamente durante su estancia en el Mediterráneo cuando surgió la chispa entre él y la madre de Harry y Guillermo. Tras la trágica eventualidad, el millonario quedó atrapado en el vórtice de teorías conspirativas, alegando que Diana le había comunicado su compromiso y que ella misma le había informado una hora antes del accidente que estaba esperando un hijo. Llegó incluso a afirmar que habían sido víctimas de personas que no deseaban que estuvieran juntos. Estas declaraciones fueron desmentidas y denunciadas por el Palacio de Buckingham.
Descanse en paz.